No dejar a nadie atrás en la transición hacia una economía baja en carbono
12 Abril 2023
Artículo
A row of windmills stand tall and proud against a cotton-candy pink sky.
Credit: Rabih Shasha | Unsplash

Noticias ONU Cambio Climático, 12 de abril de 2023 - El cambio a una economía baja en carbono puede generar nuevos puestos de trabajo y oportunidades, pero debe realizarse de la forma más justa posible, desde el punto de vista social y económico, de acuerdo los estudios incluidos en un nuevo informe de ONU Cambio Climático.

"Para garantizar que nadie se quede atrás, los países necesitan políticas de transición justa y diversificación económica que sean integrales, inclusivas y basadas en el diálogo social y la participación de las partes interesadas", afirmó James Grabert, Director de Mitigación de ONU Cambio Climático. "Estas políticas deben integrarse en los planes nacionales de acción climática, así como en los planes nacionales de adaptación, para evitar exacerbar la desigualdad."

El concepto de transición justa reconoce que un cambio hacia una economía más sostenible puede tener repercusiones significativas sobre trabajadores y comunidades que actualmente dependen de los combustibles fósiles. Una transición justa significa transformar la economía y el sistema económico de forma que sea lo más justa e integradora posible para todas las personas, creando oportunidades de trabajo decente y sin dejar a nadie atrás.

Este nuevo informe, elaborado por el Comité de Expertos de Katowice, recopila algunas de las mejores prácticas de distintos países que ya están aplicando estrategias de transición justa y diversificación económica.

Los ejemplos incluyen desde mecanismos de protección social para trabajadores de fábricas en Bangladesh, donde la moda está cambiando hacia modelos de negocio más sostenibles, hasta los acuerdos de transición justa en España, donde las centrales eléctricas de carbón están siendo sustituidas por parques eólicos y plantas fotovoltaicas.

El informe concluye que la inclusión de iniciativas de formación y desarrollo de capacidades en los planes nacionales de acción climática y en las hojas de ruta de la electricidad puede crear políticas energéticas equitativas y duraderas. El informe destaca la iniciativa Island Eco de las Islas Marshall, que ofrece formación técnica a mujeres para montar, instalar, operar y mantener equipos de energía solar, ayudando al país a alcanzar su objetivo de un 100 por ciento de energía renovable para 2050. La iniciativa también está contribuyendo a la creación de condiciones de trabajo más dignas en el país.

En Dinamarca, un antiguo astillero se ha transformado en un parque industrial que alberga 100 empresas del sector de las energías renovables. En el año 2012, el astillero cerró dejando a más de 3 mil trabajadores sin empleo. Inmediatamente después de la decisión de cerrar el astillero, se creó la asociación público-privada Lindø Offshore Renewables Center, para transformar el emplazamiento en un parque industrial para la producción eólica y de energías renovables. En la actualidad, las 100 empresas que operan en Lindø emplean a más de 2 mil 500 personas, y otras 3 mil trabajan en la industria y hostelería locales.

El informe subraya que no existe un enfoque único para la transición justa, si no que las estrategias deben adaptarse a cada país.

En Nigeria, por ejemplo, la transición justa debe contemplarse desde la perspectiva de la adaptación a los efectos del cambio climático. Aproximadamente, el 70 por ciento de los habitantes del país trabajan en la agricultura o la pesca. Pero el país se enfrenta a un fuerte descenso de la productividad agrícola debido a fenómenos meteorológicos extremos y a sequías cada vez más frecuentes y graves. Existe un reconocimiento generalizado sobre la necesidad de generar nuevos empleos y métodos de producción.

En 2018, el Congreso del Trabajo de Nigeria lanzó un proyecto conjunto con la organización Amigos de la Tierra Nigeria sobre transición justa en dos sectores: agricultura y petróleo. El proyecto tiene dos objetivos: construir un entendimiento compartido y una agenda política entre los sindicatos nigerianos, la sociedad civil y las comunidades con respecto a cómo sería una transición justa para estos dos sectores; y desarrollar modelos y mejores prácticas para otros sindicatos.

Lea el informe completo aquí.