Las Convenciones de Río

Los retos interrelacionados del cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad

El cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad están fuertemente interrelacionados y plantean retos existenciales a la humanidad. En respuesta a dichos retos, los gobiernos fundaron tres "Convenciones de Río" hermanas en la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro (Brasil), que son las siguientes:

  • la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, también conocida como ONU Cambio Climático)
  • el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB, también conocido como UN Biodiversity)
  • la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD)

Las tres Convenciones de Río son el resultado de la preocupación por cuestiones medioambientales y de desarrollo similares, y tienen el desarrollo sostenible en su núcleo. Colaboran estrechamente entre sí, y los solapamientos en su trabajo son cada vez más fuertes a medida que aumentan los retos relacionados con el cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad y se desarrollan soluciones transversales.

El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo en las temperaturas y los patrones meteorológicos que podrían alterar por completo los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra.
La biodiversidad abarca la totalidad de los animales, plantas y ecosistemas del planeta.
La desertificación se refiere tanto a la expansión literal de los desiertos como a la disminución gradual de la calidad del suelo, la vegetación, los recursos hídricos o la vida silvestre.

Una Convención de la ONU es un acuerdo vinculante entre distintos países. En virtud de estas Convenciones, los países adoptan objetivos clave en Conferencias de las Partes (COP) anuales e informan periódicamente sobre los avances en la aplicación de estos objetivos. Cada Convención de Río cuenta con una secretaría de apoyo. Una tarea clave de las secretarías es organizar las COP anuales, a las que asisten delegaciones nacionales y numerosos participantes de organizaciones observadoras, incluidas empresas y la sociedad civil. Otras tareas clave son ayudar a los gobiernos a comunicar datos y organizar talleres técnicos.

Soluciones coordinadas

Dado que los ecosistemas terrestres y marinos absorben más de la mitad de las emisiones de carbono de origen humano, está claro que la protección de estos sistemas debe ser un componente central de la acción por el clima. Al mismo tiempo, una biodiversidad y unos suelos sanos desempeñan un papel fundamental en la creación de resiliencia frente a los impactos inevitables del cambio climático.

El mayor solapamiento en el trabajo de las tres Convenciones de Río se da en el campo de las llamadas soluciones basadas en la naturaleza. Estas soluciones se refieren, por ejemplo, a la protección de los arrecifes de coral y los manglares que protegen a las comunidades costeras de las tormentas, las inundaciones y la erosión. Las medidas para evitar la tala de enormes franjas de bosques tropicales son beneficiosas tanto para la vida animal como vegetal y resultan cruciales para la estabilidad del clima, la alimentación y el agua potable.

La degradación del suelo no sólo es extremadamente perjudicial para la biodiversidad, sino que es responsable de alrededor del 60 % de las emisiones mundiales de metano. El metano es un potente gas de efecto invernadero que se libera a través de diversas prácticas agrícolas insostenibles, incluida la producción de carne. La agricultura sostenible y el uso de la tierra es también un área de trabajo compartida por las tres Convenciones, como se reconoce en el trabajo conjunto de Koronivia sobre agricultura.

Otra coincidencia clave incluye el reconocimiento de que las sociedades necesitan introducir y ampliar rápidamente el uso de tecnologías limpias y sostenibles. Esto se aplica especialmente a las tecnologías de energías renovables como la eólica y la solar. Éstas son fundamentales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, disminuir la presión sobre la tierra y la biodiversidad forestal al ofrecer alternativas a los combustibles de biomasa insostenibles y contaminantes (por ejemplo, el carbón vegetal utilizado para cocinar).

Cada Convención contribuye a los objetivos de la Agenda 21 adoptada por los gobiernos en 1992 en Río de Janeiro. La Agenda 21 tiene como objetivo central lograr un desarrollo sostenible mundial en el siglo XXI, definiendo la sostenibilidad por la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas de 1987 como "satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, asegurando al mismo tiempo un equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social."

Cómo colaboran formalmente las Convenciones de Río

Numerosos artículos y decisiones acordados y adoptados en las COP anuales de cada Convención destacan la necesidad de aumentar la colaboración entre ellas, con el fin de mejorar las relaciones y reducir la duplicación de actividades.

En agosto de 2001, las Convenciones crearon un grupo de enlace conjunto como foro informal para intercambiar información, explorar oportunidades de actividades de colaboración y aumentar la coordinación.

Las opciones de colaboración se han explorado en varias reuniones y documentos, y ya están en marcha varias actividades de colaboración. 

Tales actividades son, por ejemplo, la coordinación conjunta de la labor de los científicos que trabajan en informes clave relacionados con el cambio climático, la biodiversidad y la desertificación, junto con talleres conjuntos sobre cuestiones que se solapan, como la prevención de la deforestación y la restauración de las tierras áridas.

Por último, un Pabellón de las Convenciones de Río instalado en las principales reuniones internacionales también desempeña un papel importante a la hora de convocar debates destinados a crear enfoques y asociaciones coordinados hacia estos objetivos interrelacionados de las Convenciones de Río.

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