A continuación, encontrará la traducción al español de las palabras del Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, en la reunión ministerial sobre salud y cambio climático, realizada el 13 de noviembre de 2025, en el marco de la COP30.
Excelencias,
Estimados colegas,
Queridos amigos y amigas:
Es un gran honor estar aquí.
En una ciudad como Belém, en la Amazonía, se nos recuerda la profunda conexión que existe entre la salud humana y la salud de nuestro planeta, así como nuestra responsabilidad compartida de cuidar de ambas.
Esta mañana hemos hecho un poco de ejercicio para despertarnos.
En todo el mundo, las personas viven a diario la realidad de que la crisis climática es también una crisis de salud pública.
El aumento de las temperaturas, las inundaciones, las sequías y las tormentas se cobran vidas, alimentan las enfermedades y la desnutrición, y ejercen una enorme presión sobre los sistemas de salud.
Según el último informe Lancet Countdown, las muertes relacionadas con el calor han aumentado un 23 % desde la década de 1990, superando ahora el medio millón de muertes al año.
Y las comunidades vulnerables son las más afectadas: los niños pequeños, los ancianos y las personas con problemas de salud preexistentes.
No se trata de estadísticas, sino de familias, comunidades y futuros que ya están pagando el precio del calentamiento global.
Todas las medidas que refuerzan la resiliencia, reducen las emisiones o protegen los ecosistemas son también una intervención de salud pública.
Aire y agua más limpia, sistemas alimentarios sostenibles e infraestructuras resilientes significan comunidades más saludables y una vida mejor: un triple beneficio para la salud humana, la economía y el clima.
En virtud del Acuerdo de París y del Marco de los Emiratos Árabes Unidos para la Resiliencia Climática Global, las Partes se han comprometido a proteger a la población de los riesgos para la salud relacionados con el clima y a crear sistemas de salud resilientes al cambio climático.
El primer balance global reforzó este llamado, instando a una mayor ambición y apoyo para reducir la morbilidad y la mortalidad relacionadas con el cambio climático, especialmente entre los más vulnerables.
Se están produciendo avances. Más del 90 % de los planes nacionales sobre cambio climático, incluidos en nuestro informe de síntesis de 2025, incluyen ahora consideraciones sanitarias.
Todos los planes nacionales de adaptación presentados desde 2024 abordan los riesgos para la salud, desde el estrés térmico y la contaminación atmosférica hasta las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, los retos siguen siendo enormes. Muchos sistemas de salud son frágiles, carecen de personal capacitado en cuestiones climáticas, de infraestructuras resilientes y de una vigilancia adecuada.
Es desgarrador ver cómo los supertifones y las inundaciones repentinas arrasan hospitales y clínicas locales.
Pero lamentarse no es una estrategia. Necesitamos soluciones reales.
Proteger la salud en un clima cambiante exige un enfoque que abarque a toda la sociedad.
La presentación hoy del Plan de Acción de Belém para la Salud es un paso adelante fundamental. Dirigido por el Gobierno de Brasil y la Organización Mundial de la Salud, integra la adaptación, la equidad y la justicia climática, los tres pilares de las sociedades resilientes.
Proporciona un marco unificado para fortalecer la adaptación del sector de la salud, todo ello en consonancia con el Objetivo Mundial de Adaptación y el Programa de Trabajo Emiratos Árabes Unidos-Belém.
El Plan de Acción de Belém en materia de salud nos proporciona el modelo a seguir. Lo que necesitamos ahora es una acción sostenida, coordinada y bien financiada para convertir sus promesas en protección para todos.
Las alianzas son fundamentales. Son los multiplicadores de fuerza que necesitamos para ganar esta lucha climática mundial.
Me complace decir que el poder de las alianzas se está poniendo de manifiesto en la COP30, con aliados incondicionales de la mejora de los resultados climáticos y sanitarios que están intensificando su apoyo.
Una nueva Coalición de Financiadores para el Clima y la Salud ha comprometido una inversión inicial de 300 millones de dólares para una acción integrada que aborde tanto las causas del cambio climático como sus consecuencias para la salud, acelerando las soluciones donde más se necesitan.
Esta coalición se centrará en ayudar a convertir el Plan de Acción de Belém sobre Salud en resultados reales que mejoren la vida de las personas en todo el mundo.
En ONU Cambio Climático estamos muy centrados en las soluciones y en las alianzas innovadoras que ayuden a ponerlas en práctica.
Nuestra nueva colaboración de tres años con el Wellcome Trust contribuirá a garantizar que las políticas climáticas se basen en datos sanitarios sólidos, en ámbitos como el fomento de la resiliencia, la reducción de la contaminación por gases de efecto invernadero y la comunicación.
Este trabajo dará prioridad a los retos reales a los que se enfrenta la población, como el calor extremo, la contaminación atmosférica, las enfermedades infecciosas, la salud mental y la inseguridad alimentaria.
Porque la humanidad solo puede ganar esta lucha climática global si conectamos acciones climáticas más sólidas con las principales prioridades de las personas en su vida cotidiana.
Y hay pocas prioridades más importantes que nuestra salud, lo que hace que el trabajo sobre el nexo entre el clima y la salud sea tan crucial.
Muchas gracias.