Esta COP debe marcar el inicio de una década de aceleración y resultados: mensaje del Secretario General de la ONU a líderes mundiales en Belém
6 Noviembre 2025
Discurso externo
UN Secretary-General addresses world leaders in Brazil
Credit: Kiara Worth | UN Climate Change

A continuación se presentan las declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en la sesión plenaria inaugural de la Cumbre del Clima, celebrada el 6 de noviembre de 2025 en Belém (Brasil).

 

Excelencias, Excelências,

Agradeço ao Presidente Lula, ao Presidente da COP, e ao Governo e ao povo do Brasil pela calorosa hospitalidade em Belém.

Muito obrigado pela vossa liderança e firme compromisso com o multilateralismo – num momento em que o nosso mundo está em jogo.

Presidente Lula, usted ha calificado esta COP como la COP de la verdad.

No podría estar más de acuerdo.

La cruda realidad es que no hemos logrado garantizar que nos mantengamos por debajo de 1.5 grados.

La ciencia nos dice ahora que es inevitable sobrepasar temporalmente el límite de 1.5 grados, que comenzará a más tardar a principios de la década de 2030.

Necesitamos un cambio de paradigma para limitar la magnitud y la duración de este sobregiro y reducirlo rápidamente.

Incluso un sobregiro temporal tendrá consecuencias dramáticas.

Podría empujar a los ecosistemas más allá de puntos de inflexión irreversibles, exponer a miles de millones de personas a condiciones inhabitables y amplificar las amenazas a la paz y la seguridad.

Cada fracción de grado significa más hambre, desplazamientos y pérdidas, especialmente para los menos responsables.

Se trata de un fracaso moral y una negligencia mortal.

Sí, las nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional que se han presentado representan un avance, pero siguen estando por debajo de lo necesario.

Incluso si se aplicaran plenamente, nos situarían en una trayectoria muy por encima de los 2 grados de calentamiento global.

Mientras tanto, la crisis climática se acelera.

Incendios forestales sin precedentes, inundaciones mortales, supertormentas... destrozando vidas, economías y décadas de progreso.

El año pasado, las emisiones alcanzaron otro récord.

Y hoy, como hemos visto, la Organización Meteorológica Mundial ha confirmado que las emisiones han seguido aumentando este año.

Seamos claros: el límite de 1.5 °C es una línea roja para la humanidad.

Debe mantenerse a nuestro alcance.

Y las y los científicos también nos dicen que esto todavía es posible.

Si actuamos ahora, con rapidez y a gran escala, podemos hacer que el exceso sea lo más pequeño, breve y seguro posible, y volver a situar las temperaturas por debajo de 1.5 °C antes de que termine el siglo.

Pequeño: alcanzando inmediatamente el pico de las emisiones globales; reduciéndolas drásticamente en esta década, acelerando la eliminación gradual de los combustibles fósiles, reduciendo el metano y protegiendo los bosques y los océanos, los sumideros de carbono de la naturaleza.

Corto: alcanzando el cero neto global para 2050 y pasando rápidamente a emisiones netas negativas sostenidas a partir de entonces.

Seguro: aumentando drásticamente las inversiones en adaptación y resiliencia, y poniendo en marcha el sistema Early Warnings for All (Alertas tempranas para todos) para 2027.

Excelencias,

las Naciones Unidas no renunciarán al objetivo de 1,5 grados.

Porque hay otra verdad evidente:

nunca hemos estado mejor equipados para luchar.

Se ha producido una revolución de la energía limpia.

La energía solar y la eólica son ahora las fuentes de energía más baratas y las que más rápido han crecido en la historia.

El año pasado, casi toda la nueva capacidad energética procedió de fuentes renovables.

La economía de la energía limpia está creando puestos de trabajo e impulsando el desarrollo.

Está remodelando la geopolítica, proporcionando seguridad energética y estabilidad de precios.

Además, está conectando a millones de personas con energía limpia y asequible por primera vez.

La economía ha cambiado.

En 2024, los inversionistas invirtieron 2 billones de dólares  en energía limpia, 800 mil millones más que en combustibles fósiles.

La energía limpia está ganando en precio, rendimiento y potencial, y ofrece soluciones para transformar nuestras economías y proteger a nuestras poblaciones.

Lo que aún falta es valor político.

Los combustibles fósiles siguen recibiendo enormes subsidios, dinero de los contribuyentes.

Demasiadas empresas están obteniendo beneficios récord gracias a la devastación climática, con miles de millones gastados en cabildeo, engañando al público y obstaculizando el progreso.

Demasiados líderes siguen cautivos de estos intereses arraigados.

Demasiados países carecen de los recursos necesarios para adaptarse y se ven excluidos de la transición hacia la energía limpia.

Y demasiadas personas están perdiendo la esperanza de que sus líderes actúen.

Tenemos que actuar más rápido y hacerlo juntos.

Esta COP debe dar inicio a una década de aceleración y resultados.

En primer lugar, los países deben acordar un plan de respuesta audaz y creíble para cerrar la brecha de ambición de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) hasta 1,5 grados.

Debe aplicarse el principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas, pero eso no debe ser una excusa para que ningún país asuma la parte que le corresponde.

Esto significa potenciar las energías renovables, la electrificación y la eficiencia energética;

construir redes modernas y sistemas de almacenamiento a gran escala;

detener y revertir la deforestación para 2030;

Reducir las emisiones de metano.

y establecer calendarios a corto plazo para la eliminación gradual del carbón, en consonancia con el objetivo de 1,5 °C.

Siempre he abogado en contra de la construcción de más centrales de carbón o de la exploración y expansión de los combustibles fósiles.

En la COP 28 celebrada en Dubái, los países se comprometieron a alejarse de los combustibles fósiles.

Se acabó el greenwashing.

Sin lagunas jurídicas.

Debemos convertir ese compromiso en acción, al tiempo que apoyamos a los países en desarrollo de ingresos bajos y medios que dependen en gran medida de los combustibles fósiles.

También debemos eliminar las barreras estructurales y crear las condiciones necesarias para que los países en desarrollo cumplan y superen sus compromisos de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC).

Las políticas comerciales y de inversión deben apoyar la ambición climática, no socavarla.

En segundo lugar, debemos demostrar una vía clara y creíble para alcanzar los 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática para los países en desarrollo para 2035, tal y como se acordó en la COP 29 en Bakú.

Los países desarrollados deben tomar la iniciativa en la movilización de 300 000 millones de dólares anuales, proporcionando una financiación asequible y predecible a la escala acordada.

Todos los proveedores deben demostrar que contribuirán a alcanzar los hitos de 300 000 millones y 1,3 billones.

Ya no es momento de negociaciones.

Es hora de actuar, actuar y actuar.

Con un seguimiento independiente, un desembolso más rápido y condiciones que reflejen la vulnerabilidad climática, incluido el alivio de la deuda.

Y en tercer lugar, los países en desarrollo deben salir de Belém equipados con un paquete de justicia climática que ofrezca equidad, dignidad y oportunidades.

Eso significa un plan concreto para cerrar la brecha de financiación de la adaptación:

Garantizar que los países desarrollados cumplan su compromiso de proporcionar 40 000 millones de dólares para la financiación de la adaptación antes de que finalice este año.

Y dar confianza en que la financiación asequible para la adaptación se ampliará más allá de 2025 y se entregará rápidamente a las comunidades que se encuentran en primera línea.

También significa situar la justicia en el centro de la transición.

Con medidas concretas para ayudar a los países en desarrollo a afrontarla, protegiendo a los trabajadores, empoderando a las comunidades y creando nuevas oportunidades;

y contribuciones significativas y un acceso simplificado al Fondo de Pérdidas y Daños.

Una transición justa también significa que los Pueblos Indígenas lideren el camino.

Sus conocimientos y su plena participación iluminan el camino hacia un planeta habitable.

Excelencias,

Pueden contar con las Naciones Unidas.

A través de nuestra Promesa Climática, más de un centenar de países en desarrollo recibieron apoyo para la preparación de sus nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional.

He dado instrucciones al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para que se base en esta arquitectura y trabaje en todo el sistema para apoyar a los países en desarrollo durante el plan de implementación.

El reto es inmenso.

Pero las opciones son claras.

Nadie puede negociar con la física.

Pero podemos elegir entre liderar o ser arrastrados a la ruina.

Optemos por hacer de Belém un punto de inflexión.

Defiendan la ciencia.

Defiendan la justicia.

Defiendan a las generaciones futuras.

Gracias.