Más del 90% de los niños del mundo respiran aire tóxico a diario
30 Octubre 2018
Artículo
Children Health
Credit: WHO

Noticias ONU Cambio Climático, 30 de octubre de 2018 – Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud sobre la contaminación del aire y la salud infantil muestra que casi todos los niños del mundo están expuestos a niveles peligrosos de contaminación del aire. El informe se ha presentado con motivo de la primera conferencia sobre contaminación del aire y salud.

El informe también muestra que en un mundo cada vez más poblado y más cálido, y aún muy dependiente de las tecnologías basadas en el carbón, el aire que respiramos tiene efectos cada vez más graves en nuestra salud, lo que representa un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, cáncer de pulmón y enfermedades del corazón. La contaminación del aire es una importante amenaza para la salud ambiental, y los niños son los más vulnerables a ella.

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, explica: “El aire contaminado envenena a millones de niños y está arruinando sus vidas. No podemos permitirlo. Todos los niños deberían respirar aire limpio para crecer y desarrollarse plenamente”.

Todos los días, cerca del 93% de los niños y niñas del mundo menores de 15 años (es decir, 1800 millones de niños y niñas) respiran aire tan contaminado que pone en grave peligro su salud y su crecimiento. Desgraciadamente, muchos de ellos acaban falleciendo: de acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 600 000 niños murieron en 2016 a causa de infecciones respiratorias agudas de las vías respiratorias bajas causadas por el aire contaminado.

De acuerdo con este informe, la exposición al aire contaminado puede dar lugar a que las embarazadas den a luz prematuramente y a que los recién nacidos sean más pequeño y de bajo peso. Además, esta contaminación afecta al desarrollo neurológico y la capacidad cognitiva de los niños y puede causarles asma y cáncer. Los niños que han estado expuestos a altos niveles de contaminación del aire corren también más riesgo de contraer afecciones crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, en etapas posteriores de su vida.

De acuerdo con la Dra. María Neira, Directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, “la contaminación del aire impide que el niño se desarrolle normalmente y tiene más efectos en su salud que los que sospechábamos”.

Una de las razones por las que los niños sufren más los efectos de la contaminación del aire es que, al respirar más rápido que los adultos, absorben más contaminantes. Además, viven más cerca del suelo, donde algunos contaminantes alcanzan concentraciones máximas, en un momento en que su cuerpo y su cerebro aún se están desarrollando.

Los recién nacidos y los niños pequeños también son más vulnerables al aire contaminado en los hogares donde se utilizan habitualmente combustibles y tecnologías contaminantes para la cocina, la calefacción y la iluminación domésticas.

El hecho de que las partículas contaminantes no se vean a simple vista, no significa que el aire sea saludable. Los contaminantes microscópicos pueden superar las defensas de nuestro cuerpo, penetrar profundamente en nuestro sistema respiratorio y circulatorio, y dañar nuestro pulmones, corazón y cerebro.

Hay dos tipos de contaminación del aire: la contaminación del aire ambiental (o contaminación exterior), causada por la quema de combustibles fósiles, centrales eléctricas, industria y combustión de biomasa; y la contaminación del aire de interiores, generada por la quema de carbón, madera o queroseno dentro del hogar, mediante el uso de fuegos abiertos o cocinas básicas en espacios mal ventilados.

 “Afortunadamente, disponemos de varias medidas muy sencillas para reducir las emisiones de contaminantes peligrosos”, explica la Dra. “La OMS está ayudando a aplicar políticas en favor de la salud, como el fomento de la adopción de combustibles y tecnologías no contaminantes para cocinar y calentar los hogares, la promoción de medios de transporte menos contaminantes, la eficiencia energética de las viviendas y la planificación urbana. Estamos preparando el terreno para generar energía con menos emisiones, usar tecnologías industriales más seguras y menos contaminantes y gestionar mejor los desechos urbanos.”

Estas son las principales conclusiones del informe:

  • La contaminación del aire afecta el desarrollo neurológico, como indican los resultados en las pruebas cognitivas, y dificulta el desarrollo psíquico y motor.
  • La contaminación del aire perjudica la función pulmonar de los niños, incluso a niveles bajos de exposición.
  • El 93% de los niños del mundo menores de 18 años —entre ellos, 630 millones de niños menores de 5 años y 1800 millones de niños menores de 15 años— están expuestos a niveles de partículas finas del entorno (PM2,5) superiores a los fijados en las directrices sobre la calidad del aire de la OMS.
  • En los países de ingresos medianos y bajos de todo el mundo, el 98% de los niños menores de 5 años respiran aire con niveles de PM2,5 superiores a los establecidos en dichas directrices, mientras que ese porcentaje es del 52% en los países de altos ingresos.
  • Más del 40% de la población mundial —lo cual incluye a 1000 millones de niños menores de 15 años— está expuesta a niveles elevados de contaminación del aire en su hogar debido, principalmente, al uso de tecnologías y combustibles contaminantes para cocinar.
  • En 2016, alrededor de 600 000 niños menores de 15 años fallecieron por la suma de los efectos de la contaminación del aire ambiental y doméstico.
  • En conjunto, la contaminación del aire de los hogares ocasionada por los combustibles usados para cocinar y la contaminación del aire del entorno exterior causan más del 50% de las infecciones agudas de las vías respiratorias bajas en los niños menores de 5 años que viven en países de ingresos medianos y bajos.
  • La contaminación del aire es una de las principales amenazas para la salud infantil y causa casi 1 de cada 10 defunciones de niños menores de cinco años.