La ONU afirma que es necesaria una agricultura “resistente a los desastres” ante los impactos del clima
16 Mayo 2019
Artículo
FAO
Credit: Wikipedia
Accelerating climate change impacts mean that farmers around the world need to adopt "disaster resilient" farming practices in order grow adequate food for growing populations.

Noticias ONU Cambio Climático, 15 de mayo de 2019 – La aceleración de los impactos del cambio climático significa que los agricultores de todo el mundo necesitan adoptar prácticas agrícolas "resistentes a los desastres" para cultivar los alimentos adecuados para poblaciones en crecimiento. Esta es una de las principales conclusiones del último informe (en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) “Reducción del riesgo de desastres a nivel de explotación: beneficios múltiples, sin arrepentimientos”.

Según las Naciones Unidas, el 91 % de todos los desastres ocurridos entre 1998 y 2017 fueron causados por inundaciones, tormentas, sequías, olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos.

Estos eventos son cada vez más frecuentes e intensos, y tienen un impacto cada vez mayor en la seguridad alimentaria.

Esta semana, el Informe de Evaluación Global 2019 de la ONU (GAR2019, en inglés) advirtió sobre la peligrosa dependencia extrema de los monocultivos en una época de acelerado calentamiento global, con la probabilidad de que la sequía se convierta en un riesgo complejo debido a sus impactos de gran alcance, que van formándose lentamente y tienen efecto en cascada.

La buena noticia es que las técnicas de agricultura resiliente a los desastres ya son fáciles de implementar y pueden aportar beneficios económicos de forma significativa.

Por ejemplo, muchas de las tecnologías analizadas por la FAO contribuyen a reducir la presión sobre los recursos hídricos en zonas propensas a la sequía, un beneficio cuyo valor no hará sino aumentar a medida que el cambio climático siga afectando a los recursos hídricos.

Las medidas de captación de agua de lluvia aplicadas en Uganda, Camboya y Jamaica mejoraron el acceso al agua para uso doméstico y redujeron la presión sobre los recursos de aguas subterráneas.

En Camboya, el uso de agua en las explotaciones agrícolas disminuyó cuatro veces después de la introducción de sistemas de riego por goteo y también disminuyeron los niveles de escorrentía de fertilizantes.

En conjunto, para todas las buenas prácticas evaluadas en este estudio, el 63 % de los agricultores sintieron que ofrecían una mayor resiliencia frente a los peligros climáticos.

En promedio, las prácticas de reducción del riesgo de desastres generan más del doble de beneficios económicos que las prácticas utilizadas con anterioridad.

Varias de las buenas prácticas estudiadas también condujeron a la reducción de la contaminación, al aumento del secuestro de carbono y a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que ofrece así importantes beneficios colaterales ante el cambio climático.

Por ejemplo, la plantación de árboles de sombra en las plantaciones de café de Uganda y en los bosques bolivianos también se utiliza para la cría de ganado, lo que aumenta el secuestro de carbono y, al mismo tiempo, evita la degradación de los pastos y los bosques.

Y el uso de nasas para pesca en Filipinas redujo el número de viajes en barco necesarios para recoger los peces, lo que redujo el combustible diésel en un 33 %.

Sin embargo, existen límites claros a la medida en que la agricultura puede adaptarse, y sólo con la plena aplicación del Acuerdo de París se podrá evitar que los peores efectos del cambio climático hagan estragos y devasten el sector agrícola.