La dirección mejora cada año, pero necesitamos acelerar: Simon Stiell sobre el Informe de Síntesis de las NDC
27 Octubre 2025
Declaración de ONU Cambio Climático
Windmills with a rainbow
Credit: Ed White | Pixabay

A continuación se incluye la traudcción al español de la declaración del Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, sobre la publicación del Informe de síntesis de las NDCs publicado el 28 de octubre de 2025.

 

Nos encontramos en una nueva era de acción y ambición climática. Los países están estableciendo objetivos climáticos nacionales —y planes para alcanzarlos— que difieren en ritmo y escala de cualquier otro anterior.   

Diez años después de la adopción del Acuerdo de París, podemos afirmar sin lugar a duda que está dando resultados reales. Sin embargo, debe funcionar de forma mucho más rápida y justa, y esa aceleración debe comenzar ahora mismo.    

La escala y la gravedad de la crisis climática nunca han sido tan evidentes. Las brutales sequías, inundaciones, tormentas e incendios forestales provocados por el cambio climático están afectando cada año con mayor dureza a todas las naciones, afectando millones de vidas e infraestructuras vitales, mermando el PIB y provocando el aumento de los precios.   

Al mismo tiempo, las oportunidades que ofrece la acción climática son enormes.    

Las recompensas para quienes adoptan medidas climáticas enérgicas se miden en millones de nuevos puestos de trabajo y billones de dólares en nuevas inversiones. A medida que el cambio global hacia la energía limpia sigue creciendo, los dividendos que se obtendrán serán aún mayores, ya que la acción climática se perfila como el motor del crecimiento económico y el empleo del siglo 21.   

La lógica del mercado dicta que esta transición hacia la energía limpia continuará a gran escala y ritmo. Pero una transición global equitativa, en la que todos los países se beneficien de la energía limpia y la resiliencia climática, requiere políticas y planes claros en todos los países y sectores, y más apoyo para muchas naciones, especialmente aquellas que menos han contribuido a causar esta crisis global.   

El Informe de Síntesis de las NDC de hoy proporciona nuevos datos valiosos, tanto sobre los progresos realizados como sobre los principales retos que aún quedan por resolver, aunque estos datos se limitan a los planes nacionales sobre el cambio climático presentados oficialmente antes del 30 de septiembre.  

Comenzando por lo primero:   

Esta nueva generación de NDC muestra un cambio radical en términos de calidad, credibilidad y alcance económico.    

Los NDC responden cada vez más al Balance Mundial (GST), ya que el 88 % de los países afirman que sus NDC se basan en los resultados del GST, y el 81 % indican específicamente cómo ha sido así.  

Los países están adoptando cada vez más un enfoque que abarca toda la economía y toda la sociedad, y el 89 % incluye objetivos para toda la economía.   

La adaptación y la resiliencia están cobrando cada vez más importancia. Casi tres cuartas partes (73 %) de las nuevas NDC incluyen componentes de adaptación.   

Las Partes, especialmente de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, también están integrando cada vez más las pérdidas y los daños como componente fundamental de sus NDC.  

También se han logrado avances significativos en la integrar en las NDCs elementos relacionados con género, participación de partes interesadas y jóvenes, transiciones justas, el papel de los bosques y los océanos, y el artículo 6 y los mercados de carbono.  

Las NDC presentadas son, en general, coherentes con una trayectoria lineal desde los objetivos para 2030 hasta los objetivos de cero emisiones netas a largo plazo.  

Aunque advertimos que no se deben extraer conclusiones globales de este informe, este contiene algunos indicios positivos: los países están avanzando y estableciendo pasos claros hacia las emisiones netas cero.  

También sabemos que el cambio no es lineal y que algunos países tienen un historial de resultados superiores.   

Somos igualmente conscientes de que los datos que figuran en el informe de hoy ofrecen una visión bastante limitada, ya que el total de NDCs que sintetiza representan alrededor de un tercio de las emisiones mundiales.    

Con el fin de ofrecer una visión más amplia del progreso mundial antes de la COP30, hemos realizado algunos cálculos adicionales que también recogen las nuevas NDC o los nuevos objetivos presentados o anunciados hasta la publicación de este informe, incluidos los de la Cumbre de Cambio Climático del Secretario General en Nueva York.    

Esta visión más amplia, aunque todavía incompleta, muestra que las emisiones mundiales se reducirán en torno a un 10 % para 2035.   

Gracias a la cooperación climática convocada por las Naciones Unidas y a los esfuerzos nacionales, la humanidad está ahora claramente inclinando la curva de emisiones hacia abajo por primera vez, aunque todavía no con la rapidez suficiente.   

Así pues, aunque la dirección del viaje mejora cada año, tenemos una gran necesidad de acelerar el ritmo y de ayudar a más países a adoptar medidas climáticas más enérgicas.  

Pero por eso el Acuerdo de París cuenta con un mecanismo de ajuste, para seguir aumentando la ambición climática, hasta que colectivamente estemos en camino de evitar los peores impactos climáticos limitando el calentamiento a 1,5 °C en este siglo, como exige la ciencia.    

La ciencia también deja claro que las temperaturas pueden y deben volver a bajar a 1,5 °C lo antes posible después de cualquier rebasamiento temporal, acelerando sustancialmente el ritmo en todos los frentes.    

Esa aceleración debe comenzar ahora. Se necesitará mucho más apoyo, especialmente para aquellos que menos han contribuido a causar esta crisis mundial.  

Pero no partimos de cero.  De hecho, debemos sacar ánimo e impulso del vasto movimiento de la economía real, en particular de los enormes flujos de inversión en energía limpia en casi todas las principales economías.    

Por ejemplo, datos recientes muestran que las energías renovables han superado al carbón como la mayor fuente de energía del mundo este año.  

La historia reciente demuestra lo rápido que pueden cambiar las cosas, y lo rápido que pueden cambiar aún más.   

El auge de las energías limpias, las infraestructuras y las tecnologías eficientes, innovadoras y basadas en datos necesarias para conectarlas a nuestra vida cotidiana, superará todo lo que hemos visto hasta ahora.   

Así pues, el panorama general es el de un mundo que ya está pagando un precio enorme por el calentamiento global, pero que también se acerca a puntos de inflexión económicos positivos, hacia un mundo más seguro, más saludable y más rico, impulsado por la energía limpia y la resiliencia climática.  

Así que ahora le toca a la COP30 y al mundo responder y demostrar cómo vamos a acelerar el proceso. Debe hacer tres cosas:  

Debe enviar una señal clara: las naciones siguen plenamente comprometidas con la cooperación climática, porque funciona, pero debe funcionar más rápido, y eso significa lograr resultados concretos y sólidos en todas las cuestiones clave.  

Debe acelerar la implementación en todos los sectores de todas las economías y en todas las partes del Acuerdo de París.   

Y debe conectar la acción climática con la vida de las personas, con el objetivo de garantizar que todos compartan sus enormes beneficios.   

Seguimos en la carrera, pero para garantizar un planeta habitable para los ocho mil millones de personas que lo habitan hoy en día, debemos acelerar el ritmo urgentemente, en la COP30 y en los años posteriores.