Hoy más que nunca es necesario el liderazgo climático de América Latina y el Caribe: Simon Stiell
11 Septiembre 2024
Discurso de ONU Cambio Climático
Manaus river Brazil
Credit: Paulo Freitas/ UN Splash

A continuación se encuentra la traducción a español del discurso de apertura y del mensaje a las ministras y ministros, originalmente en inglés, de Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático en la Sesión Especial del Foro de Ministras y Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, realizada en Río de Janeiro, Brasil,  los días 11 y 12 de septiembre de 2024.

Este texto también se encuentra disponible en portugués aquí. 

 

Discurso de apertura 

Sesión Especial del Foro de Ministras y Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe 

Río de Janeiro, Brasil, 11 y 12 de septiembre de 2024 

 

Amigos, amigas,  

Es un placer dirigirme a ustedes una vez más mientras nos preparamos para la monumental tarea -y oportunidad- de otra serie de COPs.   

Una oportunidad para potenciar nuestros impactos colectivos a través de nuestro trabajo conjunto frente a la triple amenaza de la pérdida de biodiversidad, la desertificación y la crisis climática mundial. 

Tres retos interconectados a los que el mundo debe hacer frente con determinación, cooperación e innovación.  

Quiero empezar hoy con esta buena noticia y con los puntos fuertes que todos ustedes -y nosotros juntos- podemos aprovechar. 

Su increíble biodiversidad y capacidad para encontrar soluciones climáticas basadas en la naturaleza. 

Su enorme capacidad para la energía limpia, aprovechando los impresionantes esfuerzos existentes. 

Sus poblaciones son jóvenes, culturalmente diversas, con niveles de cualificación y educación en alza, capaces de aprovechar estos puntos fuertes y de pensar de forma innovadora para afrontar retos complejos.  

Esto sitúa a América Latina y el Caribe en una posición privilegiada para aprovechar las enormes oportunidades que se avecinan.  

Sí, para evitar los peores efectos de esta triple amenaza.  Pero mucho más que eso: construir economías y sociedades mucho más fuertes, a través de medidas gubernamentales audaces, en todos los sectores de sus economías.  

En el frente climático, esto significa nuevos y audaces planes nacionales para la acción climática - Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional 3.0 - previstos para principios del próximo año. 

Sabemos que sólo el desarrollo de energías limpias podría aumentar el empleo en el sector energético en más de un 15% en América Latina de aquí a 2030. Y sabemos que más empleos y oportunidades atraen más inversiones. Apoyan un círculo virtuoso de inversión, crecimiento y aumento del nivel de vida. 

Los Planes Nacionales de Adaptación también son fundamentales, al igual que la primera ronda de informes de transparencia prevista para este año. 

Al mismo tiempo, el precio de la inacción está resultando demasiado alto para contemplar algo que se parezca a lo de siempre.  

Hace poco estuve de vuelta en mi isla natal de Carriacou, en Granada, donde pude ver muy de cerca los efectos del huracán Beryl, que golpeó a mi familia y a mi comunidad. 

Esto ocurre en todos los países de esta región, con una frecuencia y unos costes cada vez mayores, como todos ustedes bien saben. 

Si no actuamos, las proyecciones actuales apuntan a que el PIB per cápita de la región se reducirá un 23% de aquí a 2050.  

Añádase a esto la enorme pérdida de vida y biodiversidad que sabemos que se produciría. No sólo la vida humana, sino hábitats naturales enteros destruidos, con la pérdida de especies que sabemos que ni siquiera hemos documentado todavía.  

Añádase a esto la pérdida de posibles avances científicos que sus poblaciones nunca podrá explorar, compartir o aprovechar, si seguimos como hasta ahora. 

Añádase a esto la pérdida de suelo fértil, mientras los países luchan por satisfacer las necesidades alimentarias de sus pueblos, a medida que los impactos climáticos golpean las cadenas de suministro y hacen subir los precios de los alimentos en todo el mundo. 

A ello hay que añadir la espiral de daños a las infraestructuras y el aumento de los perfiles de riesgo de inversión asociados a la reconstrucción, que elevan los costes del capital. Todo ello en un contexto de crisis de deuda ya brutal en muchos países.   

El resultado, es con demasiada frecuencia, ciclos continuos de mayor endeudamiento para reconstruirse tras los desastres climáticos, lo que deja muy poco espacio fiscal para invertir en resiliencia climática, una descarbonización más rápida o medidas paralelas para hacer frente a la pérdida de biodiversidad y la desertificación, por no hablar de las agendas de desarrollo nacionales, como la sanidad, educación, y redes de seguridad social.  

De ahí la importancia crucial de la financiación de la lucha contra el cambio climático este año y en los próximos.   

Personalmente, creo que necesitaremos comprometernos cada vez más a través de las convenciones en temas como el agua y la seguridad alimentaria, ya que los retos de nuestro tiempo amenazan cada vez más estos bienes globales que sustentan la vida. 

Adelantémonos a esa polinización cruzada. 

Tenemos mucho trabajo por delante, y espero con impaciencia los debates vitales que tendremos aquí en Río.  

Fin 

Mensaje a los ministros y ministras

Sesión Especial del Foro de Ministras y Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe 

Río de Janeiro, Brasil, 11 y 12 de septiembre de 2024 

 

Amigos, amigas,  

La última vez que me reuní con ustedes elogié su inquebrantable liderazgo en nuestro proceso convocado por la ONU y dirigido por los Gobiernos. 

Permítanme empezar diciendo que este proceso está produciendo serios avances.  En el frente climático, sin la cooperación mundial convocada por la ONU, estaríamos abocados a un aumento de la temperatura cercano a los 5 grados centígrados y a un colapso económico y de los ecosistemas a gran escala. 

Todavía nos dirigimos hacia los 2,7 grados, y ya todas las economías y comunidades están siendo golpeadas por los impactos climáticos. 

Es evidente que los avances mundiales siguen siendo insuficientes, como se desprende del balance mundial realizado el año pasado, por ONU Cambio Climático. 

De ahí, que es de vital importancia lo que haga cada gobierno en los años cruciales que se avecinan. 

La próxima ronda de planes nacionales sobre cambio climático -las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional 3.0- serán herramientas cruciales para que el mundo alcance la máxima velocidad. 

Si se hacen bien, estos planes serán los cimientos de economías y sociedades más fuertes.   

Muchos de ustedes han sido líderes en este frente, y les insto a que consideren la próxima ronda de NDCs, prevista para el año que viene, como una gran oportunidad.  

Y les insto a desempeñar su papel para evitar los peores efectos de la crisis climática, aunque también subrayo que el G20 es responsable del 80% de la contaminación mundial por gases de efecto invernadero y debe liderar el camino. Pero también para que ustedes aprovechen los enormes beneficios de las medidas climáticas más audaces: más empleo, un crecimiento económico más fuerte y justo, menos contaminación y mejor salud, energía limpia más asequible y segura. 

Sus esfuerzos a través de planes nacionales de adaptación también son cruciales. 

Una vez más, necesitamos su liderazgo en noviembre. Necesitamos que defiendan la importancia de estos planes de adaptación. Y la mejor manera de hacerlo es demostrar su valor en la práctica. Proteger a las comunidades y las economías locales. Salvando vidas y medios de subsistencia. 

Sus nuevos informes bienales de transparencia también son fundamentales. Estos informes son herramientas vitales que le ayudarán a construir la base empírica necesaria para reforzar las políticas climáticas a lo largo del tiempo, y a identificar las necesidades y oportunidades de financiación. 

Debo elogiar a Panamá y Guyana, dos de los primeros países del mundo en presentar un Informe Bienal de Transparencia. Necesitamos que todos los demás sigan su ejemplo. 

La coherencia y la integración de las políticas son fundamentales, tanto entre las distintas herramientas del Acuerdo de París como entre nuestras tres convenciones. 

Por eso, este trabajo debe ser una tarea fundamental no sólo para las y los ministros de clima y medio ambiente, sino para todos los ministerios, en todas las carteras políticas y sectores. 

Sabemos que muchos de sus países necesitan ayuda para desarrollar estas políticas, ante las limitaciones de capacidad. 

En el frente climático, contamos con una serie de herramientas y ayudas prácticas que pueden ser de utilidad.  Entre ellas se incluyen cursos de formación práctica y otras actividades de capacitación, así como nuevas plataformas para compartir conocimientos y contactar otros expertos que pueden ayudar. 

También sabemos que muchos países necesitan ayuda financiera para adoptar medidas climáticas más audaces, en consonancia con sus esfuerzos en materia de biodiversidad y desertificación. 

Por eso necesitamos que los gobiernos logren avances reales en la financiación de la lucha contra el cambio climático, tanto dentro del proceso de la COP como fuera de él.  

Los gobiernos deben acordar un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre financiación climática.  

Les insto a que aboguen enérgicamente por más y nuevas fuentes de financiación. Este es el principal catalizador de la acción por el clima. Al igual que necesitamos reorientar la financiación de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles hacia sectores transformadores. 

Esto debe hacerse de forma que también se impulse la resiliencia climática. 

De forma que se proporcionen sistemas de alerta temprana que protejan a todas las personas. 

Esto contribuye a una agricultura más sostenible, ayuda a atajar la deforestación y preserva la diversidad biológica y la riqueza de sus países. 

Estos esfuerzos deben ir acompañados de una reestructuración de los modelos de financiación por parte de los bancos de desarrollo regionales y mundiales.  

Debemos pasar de un mundo en el que los países en desarrollo luchan con crisis de deuda, a otro en el que dispongan del espacio fiscal necesario para invertir en economías en crecimiento y resilientes, impulsadas por energías limpias. 

Amigos y amigas,  

Le felicito por su liderazgo climático hasta la fecha.   

Su liderazgo continuado y sus voces son más importantes que nunca. Tienen el poder de fortalecer la determinación de aquellos que titubean. Aquellos que piensan, erróneamente, que una acción climática audaz solo tiene que ver con los costes para los gobiernos, y no con los enormes beneficios y recompensas de estas inversiones cruciales.  

El elemento clave de todas las próximas COPs será la voluntad política, la solidaridad y -sí, en ocasiones- comprometiendo temas sensibles al servicio de seguir adelante con los ambiciosos resultados que se necesitan.  

O damos un audaz paso adelante, dejando atrás la crónica infra inversión del pasado, o no tendremos éxito en nuestra misión de superar juntos nuestra triple amenaza. 

Sé que podemos hacerlo, trabajando juntos, para reforzar las economías y los niveles de vida de todos, al tiempo que preservamos el mundo natural, un mundo rebosante de vida, con tierras fértiles, donde podamos construir comunidades sin temor a que las terribles catástrofes las destrocen. 

Les pido que alcen sus voces más fuerte que nunca, y que sus acciones y ambiciones sean más altas que nunca.  

ONU Cambio Climático, en colaboración con las convenciones hermanas, le acompañará en todo momento.  

Gracias 

Fin