Un Foro regional sobre finanzas identifica soluciones para la descarbonización en América Latina y el Caribe
7 Septiembre 2022
Artículo
Photovoltaic Park
Credit: Andes Solar II-B

Noticias ONU Cambio Climático, 7 de septiembre de 2022 – El pasado viernes 2 de septiembre concluyó el primero de una serie de tres Foros regionales sobre financiación, convocado por la Comisión Económica y Social para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, la presidencia entrante de la COP27 y los paladines del clima de alto nivel de la ONU para la COP26 y la COP27.

El Foro, que tuvo lugar los días 1 y 2 de septiembre en Santiago de Chile, dio continuidad a una serie de reuniones iniciadas en julio centradas en la implementación y la aceleración de los avances para dinamizar las oportunidades de cara al futuro.

El tema principal de los dos días fue la financiación de los sectores que ayudaron a facilitar la transición energética, así como la resiliencia climática. El primer día, el paladín del clima de la COP26, Nigel Topping, dijo: "Lo que estamos tratando de hacer aquí es muy difícil. Estamos tratando de financiar una conversión de toda la base de nuestro sistema económico de una manera inclusiva y justa. Pero no asumamos que [la región] lo está haciendo más lentamente. Chile ha sido más ambicioso que Japón, y está aprovechando dicha transición".

José Luis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL, destacó la importancia de incentivar el trabajo entre los sectores público y privado, además de crear condiciones propicias para que el sector privado ayude a avanzar en el desarrollo de la región. Según Samaniego, "fomentar la producción de las piezas que conforman la cadena de valor de la transición traería crecimiento y reduciría nuestra vulnerabilidad", dijo.

"Es más importante que nunca cerrar la brecha entre los líderes gubernamentales y los actores no estatales, e impulsar una colaboración de forma radical, necesaria para aumentar la ambición y cumplir nuestros objetivos climáticos", dijo Mahmoud Mohieldin, el paladín del clima de la COP27.

El financiamiento privado, así como la necesidad de explorar otras vías para obtenerlo, es esencial para fortalecer el capital humano, crear empleos verdes, abordar las desigualdades y construir economías resilientes. En la primera jornada, los delegados debatieron sobre las formas para llegar a una transición energética resiliente centrada en la integración energética en la región, el desarrollo del hidrógeno verde, los vehículos de cero emisiones y el acceso a la energía.

Uno de los principales retos que se observaron es el elevado coste actual de las infraestructuras energéticas, que está retrasando la transición de las regiones a las cero emisiones. La necesidad de invertir más en almacenamiento y transmisión de electricidad fue uno de los puntos en los que más coincidieron los asistentes. Por otro lado, la seguridad jurídica y los marcos normativos también se consideraron esenciales para aumentar la inversión, así como para mejorar los tipos de interés y la reducción del riesgo cuando se usen mecanismos de financiación innovadores entre el sector público, el sector privado y los bancos multilaterales.

En la primera jornada se presentó un compendio de proyectos, desde paneles solares hasta tucs-tucs eléctricos, que necesitan financiación. Entre los proyectos discutidos se encontraba el parque fotovoltaico Andes Solar II-B, que tendría una capacidad instalada de 180 MW, y requiere una financiación de 245 millones de dólares. Las instituciones financieras se mostraron interesadas en invertir en algunos de los proyectos del compendio, pero quedó claro que la mayoría de ellos no estaban en fase de inversión, por lo que aún no eran aptos para la negociación. Esto es algo en lo que se trabajará a tiempo para la COP27, para asegurar que más proyectos sean financiables.

La electromovilidad fue otro de los temas principales. Se dijo que los países de América Latina y el Caribe han conseguido aumentar la proporción de energías renovables en su matriz energética, aunque los medios de transportes siguen siendo los más difíciles de abordar. Esto se debe a que la región cuenta con abundantes recursos para la transición energética (del litio al cobre; de la hidroeléctrica a la solar), pero carece de I+D y de capital humano.

Por ejemplo, la readaptación de los autobuses aparece como una opción factible para la transición de las ciudades a los vehículos eléctricos de baja emisión. Ya existen experiencias regionales exitosas en las que participan empresas tecnológicas y fabricantes de piezas locales. La readaptación de esta solución sería más barata que la compra de nuevos vehículos de cero emisiones, lo que despertó mucho interés entre empresas, gobiernos e instituciones multilaterales. Algunos de los retos mencionados fueron los sistemas de recarga, los seguros, las certificaciones, la financiación y los modelos de funcionamiento.

También se celebró una reunión informal para explicar el alcance y el objetivo del GFANZ (siglas en inglés de la Alianza de Glasgow para las cero emisiones netas). Pero se acordó que el uso del financiamiento y la inversión para apoyar la transición del mundo hacia una economía de cero emisiones netas, y lograr así los objetivos del Acuerdo de París, no podría hacerse sin incluir a las instituciones financieras de América Latina y el Caribe. Teniendo esto en cuenta, se anunció el lanzamiento de una red GFANZ en América Latina.

En la segunda jornada hubo consenso en torno a la necesidad de que la región deje de ser sólo exportadora de materias primas y pase a desarrollar capacidades productivas y tecnológicas que mejoren el crecimiento y el bienestar. Se presentaron proyectos concretos de creación de valores a partir del cobre y el litio. También se mencionaron proyectos asociados a la recuperación de residuos y a la creación de nuevos modelos de economía circular.

Algunos de los principales organismos participantes que trabajan en el Caribe, tanto de la CEPAL como de los centros asociados, presentaron sus retos y avances para acelerar la financiación y mejorar la resiliencia de la región. Principalmente por la realidad a la que se enfrentan en cuanto a los montos de la deuda pública debido a los desastres naturales. Muchos de los países se encuentran en más del 60 % de la deuda del PIB, lo que deja poco espacio fiscal para pasar al verde el sector económico, la financiación de la transición energética y la construcción de la adaptación y la resiliencia.

Teniendo esto en cuenta, el Fondo de Resiliencia Climática (CRF, por sus siglas en inglés) dijo que tiene la intención de potenciar la financiación del desarrollo sostenible económicamente y a largo plazo para el Caribe, avanzando en la creación de resiliencia sostenible (seguridad energética, seguros, seguridad alimentaria e hídrica) y en la reestructuración de la deuda y la mejora de la liquidez (bonos, deuda y seguros).

El foro puso de relieve la necesidad de que los gobiernos y las instituciones multilaterales creen condiciones propicias para promover la innovación y la inversión. La financiación de los proyectos de adaptación y las soluciones basadas en la naturaleza también se percibieron como un reto, ya que se consideran menos rentables y atractivas para los inversores.

Según se acordó en el foro, los próximos pasos deberían ser los siguientes:

  • Aumentar los recursos de los mecanismos internacionales de financiación del clima, como el Fondo Verde para el Clima;
  • Racionalizar el acceso a los fondos climáticos para reequilibrar la financiación a favor de los pequeños Estados insulares en desarrollo;
  • Crear otros mecanismos especializados para cubrir lagunas fundamentales en el financiamiento climático, como los canjes de deuda por clima o los impuestos sobre los viajes.

 

Los próximos foros serán en Beirut (Líbano), el 15 de septiembre, y en Ginebra (Suiza), el 17 de septiembre.

Parque fotovoltaico Andes Solar II-B, Antofagasta (Chile)

Noticias ONU Cambio Climático, 7 de septiembre de 2022 – El pasado viernes 2 de septiembre concluyó el tercero de una serie de Foros regionales sobre financiación, convocado por la Comisión Económica y Social para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, la presidencia entrante de la COP27 y los paladines del clima de alto nivel de la ONU para la COP26 y la COP27.

El Foro, que tuvo lugar los días 1 y 2 de septiembre en Santiago de Chile, dio continuidad a una serie de reuniones iniciadas en julio centradas en la implementación y la aceleración de los avances para dinamizar las oportunidades de cara al futuro.

El tema principal de los dos días fue la financiación de los sectores que ayudaron a facilitar la transición energética, así como la resiliencia climática. El primer día, el paladín del clima de la COP26, Nigel Topping, dijo: "Lo que estamos tratando de hacer aquí es muy difícil. Estamos tratando de financiar una conversión de toda la base de nuestro sistema económico de una manera inclusiva y justa. Pero no asumamos que [la región] lo está haciendo más lentamente. Chile ha sido más ambicioso que Japón, y está aprovechando dicha transición".

José Luis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL, destacó la importancia de incentivar el trabajo entre los sectores público y privado, además de crear condiciones propicias para que el sector privado ayude a avanzar en el desarrollo de la región. Según Samaniego, "fomentar la producción de las piezas que conforman la cadena de valor de la transición traería crecimiento y reduciría nuestra vulnerabilidad", dijo.

"Es más importante que nunca cerrar la brecha entre los líderes gubernamentales y los actores no estatales, e impulsar una colaboración de forma radical, necesaria para aumentar la ambición y cumplir nuestros objetivos climáticos", dijo Mahmoud Mohieldin, el paladín del clima de la COP27.

El financiamiento privado, así como la necesidad de explorar otras vías para obtenerlo, es esencial para fortalecer el capital humano, crear empleos verdes, abordar las desigualdades y construir economías resilientes. En la primera jornada, los delegados debatieron sobre las formas para llegar a una transición energética resiliente centrada en la integración energética en la región, el desarrollo del hidrógeno verde, los vehículos de cero emisiones y el acceso a la energía.

Uno de los principales retos que se observaron es el elevado coste actual de las infraestructuras energéticas, que está retrasando la transición de las regiones a las cero emisiones. La necesidad de invertir más en almacenamiento y transmisión de electricidad fue uno de los puntos en los que más coincidieron los asistentes. Por otro lado, la seguridad jurídica y los marcos normativos también se consideraron esenciales para aumentar la inversión, así como para mejorar los tipos de interés y la reducción del riesgo cuando se usen mecanismos de financiación innovadores entre el sector público, el sector privado y los bancos multilaterales.

En la primera jornada se presentó un compendio de proyectos, desde paneles solares hasta tucs-tucs eléctricos, que necesitan financiación. Entre los proyectos discutidos se encontraba el parque fotovoltaico Andes Solar II-B, que tendría una capacidad instalada de 180 MW, y requiere una financiación de 245 millones de dólares. Las instituciones financieras se mostraron interesadas en invertir en algunos de los proyectos del compendio, pero quedó claro que la mayoría de ellos no estaban en fase de inversión, por lo que aún no eran aptos para la negociación. Esto es algo en lo que se trabajará a tiempo para la COP27, para asegurar que más proyectos sean financiables.

La electromovilidad fue otro de los temas principales. Se dijo que los países de América Latina y el Caribe han conseguido aumentar la proporción de energías renovables en su matriz energética, aunque los medios de transportes siguen siendo los más difíciles de abordar. Esto se debe a que la región cuenta con abundantes recursos para la transición energética (del litio al cobre; de la hidroeléctrica a la solar), pero carece de I+D y de capital humano.

Por ejemplo, la readaptación de los autobuses aparece como una opción factible para la transición de las ciudades a los vehículos eléctricos de baja emisión. Ya existen experiencias regionales exitosas en las que participan empresas tecnológicas y fabricantes de piezas locales. La readaptación de esta solución sería más barata que la compra de nuevos vehículos de cero emisiones, lo que despertó mucho interés entre empresas, gobiernos e instituciones multilaterales. Algunos de los retos mencionados fueron los sistemas de recarga, los seguros, las certificaciones, la financiación y los modelos de funcionamiento.

También se celebró una reunión informal para explicar el alcance y el objetivo del GFANZ (siglas en inglés de la Alianza de Glasgow para las cero emisiones netas). Pero se acordó que el uso del financiamiento y la inversión para apoyar la transición del mundo hacia una economía de cero emisiones netas, y lograr así los objetivos del Acuerdo de París, no podría hacerse sin incluir a las instituciones financieras de América Latina y el Caribe. Teniendo esto en cuenta, se anunció el lanzamiento de una red GFANZ en América Latina.

En la segunda jornada hubo consenso en torno a la necesidad de que la región deje de ser sólo exportadora de materias primas y pase a desarrollar capacidades productivas y tecnológicas que mejoren el crecimiento y el bienestar. Se presentaron proyectos concretos de creación de valores a partir del cobre y el litio. También se mencionaron proyectos asociados a la recuperación de residuos y a la creación de nuevos modelos de economía circular.

Algunos de los principales organismos participantes que trabajan en el Caribe, tanto de la CEPAL como de los centros asociados, presentaron sus retos y avances para acelerar la financiación y mejorar la resiliencia de la región. Principalmente por la realidad a la que se enfrentan en cuanto a los montos de la deuda pública debido a los desastres naturales. Muchos de los países se encuentran en más del 60 % de la deuda del PIB, lo que deja poco espacio fiscal para pasar al verde el sector económico, la financiación de la transición energética y la construcción de la adaptación y la resiliencia.

Teniendo esto en cuenta, el Fondo de Resiliencia Climática (CRF, por sus siglas en inglés) dijo que tiene la intención de potenciar la financiación del desarrollo sostenible económicamente y a largo plazo para el Caribe, avanzando en la creación de resiliencia sostenible (seguridad energética, seguros, seguridad alimentaria e hídrica) y en la reestructuración de la deuda y la mejora de la liquidez (bonos, deuda y seguros).

El foro puso de relieve la necesidad de que los gobiernos y las instituciones multilaterales creen condiciones propicias para promover la innovación y la inversión. La financiación de los proyectos de adaptación y las soluciones basadas en la naturaleza también se percibieron como un reto, ya que se consideran menos rentables y atractivas para los inversores.

Según se acordó en el foro, los próximos pasos deberían ser los siguientes:

  • Aumentar los recursos de los mecanismos internacionales de financiación del clima, como el Fondo Verde para el Clima;
  • Racionalizar el acceso a los fondos climáticos para reequilibrar la financiación a favor de los pequeños Estados insulares en desarrollo;
  • Crear otros mecanismos especializados para cubrir lagunas fundamentales en el financiamiento climático, como los canjes de deuda por clima o los impuestos sobre los viajes.

Los próximos foros serán en Beirut (Líbano), el 15 de septiembre, y en Ginebra (Suiza), el 17 de septiembre, y siguen a los celebrados en Addis Abeba, Bangkok y Santiago.

 

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