París representa la oportunidad de mobilizar 90 billones de dólares en tecnologías limpias
4 Noviembre 2014
Opinion
En los próximos 15 años se estima que se invertirán 90 billones de dólares en infraestructuras. La pregunta clave es si ese dinero irá para la vieja y marrón economía del pasado o para la nueva economía del futuro, baja en emisiones y eficiente en recursos.

Así comienza el artículo de opinión firmado este 3 de noviembre por Christiana Figueres en Bloomberg BNA. De cara a la adopción del nuevo acuerdo climático universal a finales del año que viene en París, Francia, la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, explica algunos de los desafíos climáticos, a corto y largo plazo, a los que se enfrenta el planeta. Esos retos van desde frenar la disminución de los recursos naturales y la pérdida de biodiversidad o la erradicación de la pobreza hasta la creación de empleos dignos, la mejora de salud pública y la reducción de la contaminación a todos los niveles.

Tras la publicación del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que alerta de los riesgos de no adoptar las medidas climáticas apropiadas, Figueres señaló la urgencia de invertir en una mayor acción climática, ahora y en el futuro. En el artículo, la Jefa de Cambio Climático de la ONU se refirió además a varios temas de especial relevancia de cara a la COP 20/CMP 10 que tendrá lugar en diciembre en Lima, Perú. Aquí les ofrecemos un resumen del texto original:

Inversión en tecnologías limpias

Desde el año 2006, se ha invertido más de 1 billón de dólares en energías renovables. Según la Agencia Internacional de la Energía, las inversiones mundiales en eficiencia energética rondan los 300.000 millones de dólares al año. Asimismo, hay numerosas iniciativas para descarbonizar grandes cantidades de capital y para crear nuevos mecanismos financieros que contribuyan a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Resultados de la Cumbre del Clima de Nueva York

La Cumbre del Clima de Naciones Unidas, celebrada el pasado septiembre en Nueva York, ha dado un nuevo impulso a la ambición climática. Numerosas compañías de seguros duplicarán sus inversiones en proyectos sostenibles para el año 2015, alcanzando los 82.000 millones de dólares. Del mismo modo, 24 corporaciones productoras de aceite de palma contribuirán a frenar la deforestación para 2020 y trabajar con gobiernos, sector privado y pueblos indígenas para garantizar la sostenibilidad en la cadena de suministro.

Limitar el calentamiento global a 2ºC

Numerosos gobiernos nacionales, regionales y locales mostraron su apoyo a poner un impuesto sobre el carbono. Estos gobiernos representan casi la mitad de la población mundial y emiten el 54% del total de los gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, se necesita llevar a cabo una acción mucho mayor para limitar el nivel actual de emisiones —el más alto en los últimos 800.000 años—, si se quiere lograr el objetivo de limitar la subida de la temperatura media a 2ºC para evitar impactos más severos en los ecosistemas.

Lima, un "momento clave"

La Conferencia de Lima sentará las bases para la adopción del nuevo acuerdo climático universal el año que viene en París, y por ello representa un momento crítico para reforzar la necesidad de un futuro bajo en carbono. Los resultados que se alcancen en Lima serán fundamentales para que el nuevo acuerdo sea conciso y creíble para los gobiernos de todo el mundo, que se espera presenten sus contribuciones nacionales al acuerdo (INDC, por sus siglas en inglés) durante el primer trimestre del próximo año.

Planes a corto y medio plazo

El acuerdo de París no resolverá el problema del cambio climático, pero deberá ser lo más conciso y flexible posible para servir a las personas y al planeta durante los próximos 40 años. El nuevo acuerdo necesita reunir compromisos a corto, medio y largo plazo para que tenga los efectos esperados en los flujos financieros. A corto plazo se trata de reducir las emisiones de GEI durante los próximos diez años y el impertivo a medio plazo es la descarbonización de la economía mundial.

Planes a largo plazo: la neutralidad climática

Para la segunda mitad del siglo XXI, el mundo tiene que haber alcanzado la neutralidad climática, es decir, reducir las emisiones hasta tal punto que las que no se pueda reducir sean absorbidas por medios naturales (bosques, manglares, etc.). Se esperan inversiones por valor de 90 billones de dólares que permitirán reemplazar las centrales eléctricas con altas emisiones de carbono por otras más innovadoras y eficientes.

Cualquiera que sean las políticas, en los próximos años 90 billones de dólares van a circular en la economía global en forma de inversiones, en un momento en que se están remplazando las viejas centrales eléctricas y cuando las economías emergentes están en pleno crecimiento.

Si todos se suman a nuestros esfuerzos durante los próximos 13 meses, el acuerdo que se adopte en parís representará un plan emocionante que ofrece al mundo la excelente oportunidad de dirigir esos flujos financieros y crear una sociedad sostenible y real para todos.

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Lea el artículo de opinión de Christiana Figueres en Bloomberg BNA.