Noticias ONU Cambio Climático, 20 de junio de 2019 – Con motivo del Día de la Gastronomía Sostenible de las Naciones Unidas de este año, un grupo de expertos se reunieron en la Conferencia sobre el Cambio Climático en Bonn (hasta el 27 de junio) para discutir la necesidad de transformar la forma en que producimos y consumimos los alimentos. Unas prácticas más sostenibles en la industria alimentaria, y unos hábitos alimentarios más respetuosos con el clima, son esenciales para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La agricultura y el uso de la tierra, incluida la silvicultura, la pesca y la producción ganadera, general alrededor de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Al mismo tiempo, los efectos del cambio climático amenazan la seguridad alimentaria mundial, ya que el cambio climático hace más difícil cultivar alimentos adecuados para poblaciones en rápido crecimiento.
"El sector de la alimentación es una palanca sólida para mejorar la salud humana y la sostenibilidad ambiental", dijo Ovais Sarmad, Secretario Ejecutivo Adjunto de ONU Cambio Climático, en el evento organizado en colaboración con expertos de la industria alimentaria. "No se trata de tener como objetivo áreas concretas de la sociedad, el consumo y los mercados, sino de innovar, concienciar y actuar", dijo.
Objetivos con base científica para dietas saludables y sostenibles
Según los expertos que participaron en el evento, mantener los sistemas alimentarios dentro de límites soportados por el planeta se puede lograr si se adoptan objetivos basados en la ciencia para medir y reducir las emisiones del sector alimentario.
"La única manera de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París es poder hacer un seguimiento de las emisiones y controlarlas. Lo difícil en el ámbito alimenticio es que no tenemos ese tipo de proceso de seguimiento", dijo el Dr. Brent Loken, director de Ciencia Traslacional de la Fundación EAT, con sede en Noruega, quien destacó la necesidad de integrar los alimentos en las soluciones al cambio climático.
En enero, un grupo de 37 destacados científicos publicaron el Informe de la Comisión EAT-Lancet (informe en inglés), el primer intento de establecer objetivos científicos universales sobre qué es lo que define una dieta saludable y sostenible. El informe mostró que permanecer dentro del "espacio operativo seguro" para los sistemas alimentarios requiere una combinación de cambios sustanciales en los patrones dietéticos, reducciones drásticas en las pérdidas de alimentos y desechos, y mejoras importantes en las prácticas de producción de alimentos.
Los objetivos con base científica están ganando terreno en todo el mundo, especialmente en el sector empresarial. Hasta la fecha, 566 empresas se han comprometido a tomar medidas climáticas basadas en la ciencia. Una de ellas es la empresa sueca IKEA, que se comprometió a aumentar la cantidad de alimentos vegetales vendidos en sus tiendas del actual 14 % al 20 % para 2022. La empresa sueca también pretende reducir a la mitad los residuos alimenticios en sus tiendas para agosto de 2020.
"Tenemos objetivos para reducir las emisiones en Ikea, pero creemos que esto no es suficiente: tenemos que ser climáticamente positivos y reducir más emisiones de gases de efecto invernadero de las que emite la cadena de valor de la compañía", dijo Yaw Sasu-Boakye, director de asuntos climáticos para alimentación y agricultura de IKEA Food Services.
Hamburguesas y batidos respetuosos con el clima
Una vez finalizada la discusión entre los expertos, se dio paso a una degustación de productos alimenticios innovadores, entre los que se incluía el clásico menú de hamburguesa y batido, pero versión una versión más respetuosa con el clima que la habitual. Los alimentos, todos de origen vegetal y respetuosos con la naturaleza, fueron suministrados por Impossible Foods, una empresa de tecnología alimentaria con sede en los Estados Unidos.
"Ahora el consumidor cuenta con nuevas herramientas, y le ofrecemos opciones que mantienen los alimentos dentro de los límites de producción del planeta", dijo Rebekah Moses, gerente senior de estrategias en Impossible Foods.
Whapow, una nueva empresa tailandesa/alemana, sirvió batidos hechos de la microalga espirulina y bebida de avena. "Las microalgas son un alimento positivo para el clima – con cada batido que se bebe se reducen las emisiones", dijo el fundador, Ingo Puhl, refiriéndose al hecho de que las microalgas se pueden producir en biorreactores, evitando así la deforestación, la contaminación del agua y la contaminación del suelo por fertilización, al tiempo que se absorbe dióxido de carbono del aire. Las microalgas también son aptas para el consumo animal, lo que podría reducir sustancialmente la huella ambiental del ganado.
La doctora Sarah Nischalke, investigadora principal del Centro de Investigación para el Desarrollo de la Universidad de Bonn, destacó los beneficios del consumo de insectos, como fuente de alimentación inocua y nutritiva, como una forma de mejorar la seguridad alimentaria y reducir las emisiones. "Los insectos son muy eficientes en la transformación de su alimento en tejidos comestibles. Normalmente necesitan la mitad de lo que necesitan los pollos, una cuarta parte de lo que necesitan los cerdos y una décima parte de lo que necesitan las vacas. También necesitan muy poco espacio, producen poca contaminación y beben muy poca agua".
Kim Arazi, fundador de la consultora de innovación Innosensi, subrayó la importancia de encontrar maneras para que los consumidores puedan probar, de una forma más fácil, estos productos innovadores para promover un cambio de comportamiento.
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