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MODULO 5. CAMBIO DEL USO DE LA TIERRA
Y LA SILVICULTURA

5.1. Introducción

Las estimaciones de las emisiones y absorciones de carbono en los bosques y el cambio de uso de la tierra son complicadas y ha menudo una fuente de controversia debido a factores biológicos complejos, ausencia de datos - o de datos confiables- , así como por los impactos humanos adversos y complejos sobre los recursos forestales que necesitan ser evaluados.
    En este módulo, se da prioridad a los cálculos de las emisiones producidas por el cambio del uso de la tierra y la silvicultura en tres actividades que son fuentes o sumideros de dióxido de carbono - en estas actividades ocurren, a escala mundial, los cambios más importantes respecto al uso de la tierra y las prácticas de manejo que redundan en la emisión y absorción de CO2:

Debe señalarse que aún estos cálculos de las emisiones y absorciones en este sector, llevan aparejados, intrínsecamente, incertidumbres o errores elevados.

En el Taller Regional Centroamericano de Intercambio de experiencias sobre Cambio Climático celebrado en Panamá en mayo del 2000 (UNDP-GEF, 2000), se debatieron importantes asuntos sobre este modulo. Se consideró que el sector "Cambio de Uso de la Tierra y la Silvicultura" esta estrechamente vinculado al tema del desarrollo sostenible de los recursos naturales, para el que se requiere información acerca del estado actual de estos, sus posibles cambios en el futuro y su manejo potencial. Los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero pueden proporcionar información en este sentido.

Los inventarios pueden también ser utilizados para desarrollar indicadores de manejo sustentable. Por ejemplo, un indicador de la sustentabilidad de los recursos de cambio de uso de la tierra y la silvicultura lo proporcionan los cambios en las reservas de carbono en una localidad. Como los métodos para medir los flujos de carbono están aún en desarrollo, los cálculos de las reservas pueden ser de mayor utilidad.

5.2. Aspectos Metodológicos. Disponibilidad y Selección de Datos

Las emisiones y remociones asociadas con las reservas de carbono en el módulo correspondiente a la silvicultura y el uso - y cambio de uso- de la tierra no fueron abordadas en la primera etapa de las GBP (IPCC, 2000) debido a que el IPCC se encontraba desarrollando de forma paralela la preparación de su Reporte Especial en LULUCF (IPCC, 2000b). En la etapa de preparación de este inventario el IPCC, a través de su Programa de Inventarios Nacionales de GEI, daba los primeros pasos para preparar unas nuevas guías sobre este tema incluyendo buenas prácticas. Por este motivo, en este capítulo, se siguen los criterios establecidos en las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997), utilizados también en la preparación de los inventarios correspondientes a 1990 y 1994. Pese a esto, y para mantener la uniformidad con el resto de los módulos, se introducen aquí algunos criterios de las GBP en la selección de métodos, datos y factores de emisión. Para el caso de las incertidumbres, se mantiene el método cualitativo, sobre la base de criterios de expertos, utilizado en los inventarios de 1990 y 1994.

Metodología de Cálculo

Para la estimación de las emisiones y absorciones de gases de invernadero asociadas al cambio de uso de la tierra y la silvicultura, se utilizan las Guías Revisadas del IPCC de 1996 (IPCC-OECD-IEA, 1997). Estas Guías, son las aprobadas por la Conferencia de las Partes de la CMNUCC para realizar este tipo de estimación en los Inventarios Nacionales de Gases de Invernadero.
    Para el módulo cambio de uso de la tierra y la silvicultura, estas Guías establecen categorías de bosques y sabanas así como definiciones de los sistemas de manejo y uso de la tierra que dependen fundamentalmente de las características climáticas (precipitaciones, temperatura, características estacionales etc). Para las regiones tropicales, las categorías están basadas, principalmente, en el sistema de la FAO (FAO, 1993) que es consistente con las tablas de valores por defecto que se proporcionan en las Guías y que se utilizan en el método simple que aparece en el libro de trabajo de estas. En la Tabla 5.1 aparecen las categorías generales de bosques tropicales y otros tipos de vegetación leñosa que se establecen en esta clasificación.

Tabla 5.1. Categorías generales de bosques tropicales y otros tipos de vegetación leñosa incluidas en las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997).

Plantaciones
Otros Bosques
Otras Categorías (especificar)
Acacia spp
Muy húmedos
Arboles en zonas no boscosas
Eucalyptus spp
Húmedos con estación seca corta
 
Tectona grandis
Húmedos con estación seca larga
 
Pinus spp
Secos
 
Especies de maderas duras de crecimiento lento
Húmedos montanos
 
Especies de maderas de rápido crecimiento
Secos montanos
 
Especies de maderas blandas
 
 

En los países, se pueden utilizar caracterizaciones más detalladas de ecosistemas si se poseen los datos necesarios para efectuar los cálculos de las emisiones y absorciones. No obstante, si se utilizan categorías más detalladas, las Guías establecen que posteriormente es necesario agregar estas, en las categorías generales especificadas anteriormente. Esto debe hacerse, con el propósito de asegurar consistencia y comparabilidad con los datos nacionales que suministran todos los países en sus inventarios. A partir de los datos que pudieron ser captados para el inventario, no resultó posible efectuar caracterizaciones más detalladas que la indicada en la Tabla 5.1, e incluso para las plantaciones, la apertura posible fue solamente en coníferas y latifolias. Dado que el inventario cubre no solamente bosques, sino otros tipos de vegetación leñosa, se incluyeron aquí, además, a las plantaciones de cítricos dada su importancia para el país y que se dispone de información actualizada sobre estas.
    En otros bosques, además de las categorías indicadas en la tabla anterior, se incluyó de forma separada a los manglares. Los ecosistemas de mangles ocupaban en el año 2000 una superficie de 531 100 ha (26% de la superficie total de bosques) por lo que se considera la primera formación forestal natural. De ellos se extraen madera, leña y carbón vegetal (CITMA, 2000). Se estima que más del 30% de esta valiosa reserva forestal ha sido afectada tanto por causas naturales como antrópicas (CITMA, 1999).
    En Cuba, al igual que en muchos otros países, existen metodologías propias para la clasificación de los bosques. No obstante, si cada país presenta los resultados obtenidos con sus metodologías específicas, no se garantiza la consistencia y comparabilidad de los inventarios nacionales. Para resolver este problema, la Conferencia de las Partes de la CMNUCC aprobó una metodología única para realizar los estimados de emisiones y absorciones de GEI (las GR del IPCC de 1997). La Ley Forestal cubana (Ley 85) (ANPP, 1998) que comenzó a regir en el país en octubre de 1998 estableció en su artículo 15, una clasificación de los bosques cubanos, en siete categorías, sobre la base de un conjunto de elementos de orden físico, biológico, ecológico y social (Tabla 5.2). También estableció que estos son administrados con arreglo a sus funciones y ubicación geográfica. Todas las áreas que corresponden al patrimonio forestal, cubiertas o no están agrupadas en una de estas siete categorías, están registradas en los proyectos de ordenación y tienen manejos recomendados (Alvarez, et al, 2000). Los bosques naturales se encuentran distribuidos en 16 tipos de formaciones, mientras que las plantaciones son fundamentalmente de pino, eucalipto, casuarina y especies preciosas (Alvarez et al., 2000).
    En la captación de datos realizada, el Equipo de Inventario no dispuso de la información necesaria para efectuar la estimación de emisiones y absorciones de GEI utilizando esta clasificación cubana así como para la ulterior agregación y presentación de los resultados en la clasificación establecida en las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997). Este es un tema pendiente de análisis y trabajo con los organismos e instituciones vinculados al sector forestal del país que deberá recibir atención en los próximos inventarios.

Tabla 5.2. Clasificación de los bosques en Cuba de acuerdo con la Ley Forestal (Ley 85 de 1998).

Clasificación Categorización Características Principales
1. Bosques de Producción  
  • Su función principal es satisfacer las necesidades de la economía nacional maderera y productos forestales no madereros mediante su aprovechamiento y uso racional.
  • En estos se podrá efectuar todo tipo de cortas.
2. Bosques de Protección
  • Bosques Protectores de las Aguas y los Suelos
  • Aquellos cuya superficie debe ser conservada permanentemente para proteger los recursos renovables a los que están asociados. 
  • Sin perjuicio de ellos pueden ser objeto de actividades productivas. 
  • Se admiten, en estos, talas de explotación selectiva individual o en grupos y talas totales en franjas.
  • Bosques Protectores del Litoral
3. Bosques de Conservación
  • Bosques de Manejo Especial
  • Aquellos que por sus características y ubicación sirven fundamentalmente para conservar y proteger los recursos naturales y los destinados a la investigación científica, el ornato y a la acción protectora del medio ambiente en general.
  • Estos bosques deben ser conservados permanentemente.
  • No se admiten talas de aprovechamiento sino solamente cortas de mejoras orientadas al fortalecimiento de su función principal y a la obtención de productos secundarios del bosque. 
  • Bosques para la Protección y Conservación de la Fauna
  • Bosques Recreativos
  • Bosques Educativos y Científicos

En la naturaleza ocurre una enorme variabilidad la que existe, incluso, en un tipo claramente definido de bosque, en una parcela específica, pudiendo ocurrir resultados diferentes debido - entre otras causas- , a la variación de crecimiento entre diferentes años, a la variabilidad climática, la ocurrencia de fenómenos meteorológicos tales como tormentas, diferencias genéticas entre las especies, características del paisaje donde esté enclavado el bosque, así como debido a los riesgos de incendios y plagas. Además, existe variación en el contenido de carbono de la materia seca, la densidad de la biomasa y las tasas de descomposición de la materia orgánica de los desechos del bosque.
    Estos aspectos introducen diferencias fundamentales con algunos otros módulos del inventario en los cuales los factores de emisión y otros coeficientes pueden obtenerse con mejor precisión, para una entidad dada, aunque sean específicos para esta y varíen de una a otra - hay gran dependencia de factores tecnológicos o de otro tipo. En el tema de LULUCF hay una alta influencia de los factores naturales, e influyen no solamente las circunstancias actuales, como la humedad, la temperatura, la pendiente, el suelo, la edad etc, sino también lo ocurrido en años anteriores y que afecta, entre otros, a la densidad de la biomasa.
    La estimación de las fuentes y sumideros de CO2 procedentes del cambio de uso de la tierra requiere de la consideración de eventos que transcurren sobre un largo período de tiempo. Cuando los bosques son talados o las tierras agrícolas abandonadas, las respuestas biológicas producen flujos de carbono hacia o desde la atmósfera durante muchos años después de que ocurrió el cambio de uso de la tierra.
    En las GR (IPCC-OECD- IEA, 1997), la metodología incluida está diseñada para producir un estimado de emisiones que sea comparable a otros elementos del inventario, es decir, intenta cuantificar el flujo hacia o desde la atmósfera en el "Año de Inventario". Para hacer esto, es necesario obtener estimados sobre las actividades de cambio de uso de la tierra para muchos años antes del "Año Inventario", y estimar los efectos de esas actividades sobre los flujos del año seleccionado. Las dos categorías mencionadas anteriormente, se consideran las más importantes, pero no son las únicas pues otras que también son relevantes son excluidas.
    La muy amplia categoría "cambios en bosques y otras reservas de biomasa leñosa" se define para incluir una gran variedad de prácticas que se realizan en este sector. Conceptualmente, está dirigida a contabilizar todas las interacciones humanas, significativas, con los bosques y otras reservas de biomasa leñosa, que afectan los flujos de CO2 hacia y desde la atmósfera, pero que no resultan en un cambio de uso de la tierra.
    Se intenta aquí realizar esta contabilización en todos los bosques aunque deberá tomarse en cuenta las siguientes indicaciones que se establecen en las Guías (IPCC-OECD-IEA, 1997):

Tanto los bosques clasificados como naturales o los que está recreciendo en tierras abandonadas pueden ser excluidos de contabilización de las reservas de biomasa leñosa solamente si en la actualidad no hay interacción humana significativa con esos bosques. Si ellos están siendo utilizados como una fuente de leña, o están siendo afectados de otra forma por las actividades humanas, ellos deben ser contabilizados en los cambios de las reservas.

Confección del Mapa de Regionalización Climática de Acuerdo con las Guías Revisadas del IPCC (1996) para el Análisis de los Sistemas de Manejo y Uso de la Tierra

Para la determinación de las áreas cubiertas de bosques de acuerdo a los tipos establecidos en las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997) se procedió a la confección del mapa de regionalización climática a partir de los siguientes criterios de clasificación (Fig. 5.1) (CITMA-CCTRAIN, 1999).

Para este objetivo se analizó la información climatológica existente entre esta, varios mapas de lluvia disponibles en el país, seleccionándose como base el mapa de Precipitación Media Anual de escala 1: 1 000 000 presentado por A. Izquierdo en el Nuevo Atlas Nacional de Cuba (1989). Este mapa seleccionado se procesó y la imagen captada se digitalizó, seleccionándose las isoyetas de 1 000 y 2 000 mm que sirven de criterio para la clasificación de las áreas. Con este mapa y la información disponible de cobertura de bosques por municipios del país, se obtuvo el estimado de cobertura nacional de bosques de acuerdo a los tipos establecidos en las GR del IPCC.




Captación de Datos de Actividad sobre la Cobertura Forestal de Cuba en 1996

Para 1996 sólo se dispuso de datos provenientes de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) y en general no se pudo captar toda la información requerida para la estimación de las emisiones procedentes de algunas de las fuentes consideradas en el módulo. No obstante, se mantienen identificadas y caracterizadas las especies representativas - tanto de los bosques naturales como de las plantaciones- con un mayor detalle de las estadísticas tanto en la menor unidad administrativa (municipios) como en el ámbito de las empresas que manejan los recursos boscosos.
    En la preparación del inventario se verificaron algunas diferencias e incompatibilidades en la información captada con relación a la cobertura forestal existente en el año 1996. Esta es una situación que se presenta con frecuencia en la mayoría de los países, en este sector, durante la preparación de los inventarios. Por esta y otras situaciones que existen con los datos relativos a los bosques es que a los estimados de emisiones y absorciones procedentes del cambio de uso de la tierra y la silvicultura se les asigna, aún, altas incertidumbres en la mayoría de los inventarios nacionales de gases de invernadero.
    Se observaron diferencias entre los reportes y datos suministrados por la ONE al Equipo de Inventario, y los aportados por la Dirección Nacional Forestal (DNF, 2001) del MINAG como parte del proceso de revisión del borrador del inventario correspondiente al año 1996. Se detectaron también algunas incompatibilidades de las informaciones mencionadas anteriormente y reportes publicados en el país (CITMA, 1999; 2002). En las tablas que siguen se ofrece un resumen de la situación descrita anteriormente.

Tabla 5.3. Cobertura forestal de Cuba (ha).

 
1995 (1)
1996 (1)
1997 (1)
Cifras utilizadas en el Inventario de 1996 (2)
Superficie Forestal
2706056
2831526
2924931
 
Area Deforestada
208562
226691
157230
 
Area Cubierta de Bosques
2497494
2604835
2767701
 
  • Bosques Naturales
2023591
2094778
2054791
2073700
  • Plantaciones
473903
510057
712910
510000

1) Información suministrada por la ONE y que coincide con la publicada en ONE (2001): Anuario Estadístico de Cuba 2000. Oficina Nacional de Estadísticas. La Habana (cuadro 1.27, pagina. 38).

2) Después de deducidas las cifras correspondientes a las Reservas Naturales. Esta categoría de las áreas protegidas no se considera en el inventario pues es la de protección más estricta y donde ocurren las menores influencias antrópicas directas en el cambio de la biomasa existente.

Tabla 5.4. Cobertura forestal de Cuba (ha).

 
1995 (1)
1996 (1)
1997 (1)
Superficie Forestal      
Area Deforestada  
249570
251000
Area Cubierta de Bosques
2409010
2495680
2324130
  • Bosques Naturales
1954400
2050060
1959130
  • Plantaciones
454610
445620
365000

1) Información suministrada por la Dirección Nacional Forestal en el proceso de revisión del borrador del inventario.

Como se aprecia de la comparación de las tablas anteriores, para el año 1996, las cifras proporcionadas por la ONE (y las utilizadas en el Inventario), son algo superiores a las aportadas por la Dirección Nacional Forestal. La solución de estas discrepancias rebasa el marco de posibilidades y atribuciones del Equipo de Inventario por lo que ante esta situación, se aplicaron algunos de los criterios generales que rigen en el inventario para la jerarquización de las fuentes de información:

5.4. Cambios de Biomasa en Bosques y en Otros Tipos de Vegetación Leñosa

En este epígrafe se estiman las emisiones o remociones de carbono –y de dióxido de carbono– que obedecen a los cambios en la biomasa de los bosques –y de otros tipos de vegetación leñosa– que resultan de la actividad humana. Para la obtención de estimados reales de los cambios de las reservas de carbono en los ecosistemas terrestres es esencial disponer de datos confiables acerca del incremento anual de la biomasa así como del total de biomasa aérea contenida en los diferentes tipos de bosques - u otros tipos de vegetación leñosa- considerados en el inventario. Esos datos, muestran una gran variabilidad en los valores que se utilizan en los inventarios, incluso para países y regiones con características cercanas. Por su importancia, se exponen de forma detallada estos aspectos y las consideraciones hechas para la selección de los valores utilizados en el inventario.

Incremento Anual de Biomasa

Determinar o decidir los valores a utilizar del incremento anual de la biomasa para cada tipo de bosque/plantación considerado en el inventario, es una tarea clave. Este es un factor crítico para los cálculos de la cantidad de carbono absorbida por la vegetación en crecimiento, y puede conducir a la subestimación o la sobrestimación de la captación/emisión de GEI en este módulo y en el inventario en general. El nivel de confianza en la estimación de la capacidad de sumidero de los bosques estará determinado por la seguridad de la selección del valor de la tasa de crecimiento medio anual y la seguridad del tamaño del área del bosque correspondiente (ALGAS, 1998; Magcale-Macandog, 2000).
    En realidad, existe una gran variación en los valores utilizados para la tasa de incremento anual de biomasa, para los mismos tipos de bosques en diferentes países - y por diferentes autores. En muchos casos, son notables también las diferencias entre los valores utilizados - procedentes de estimados locales- y los valores recomendados por defecto o los valores regionales indicativos en las GR (IPCC- OECD-IEA, 1997).
    En realidad, este parámetro, para una misma especie, puede variar grandemente de un lugar a otro en el mismo país debido a diferencias en condiciones del suelo, clima, topografía, al igual que en los sistemas de manejo forestal. Las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997) reconocen esta situación, y alientan el uso o el desarrollo de datos locales para los cálculos del inventario. La edad de los bosques es también un factor muy importante a ser considerado al determinar el valor del incremento anual de biomasa. Estudios sobre la absorción de carbono de las plantaciones forestales tropicales indican que el máximo crecimiento y absorción de carbono ocurre durante las edades de 0-5 y 6-10 años. En cambio, esta absorción, disminuye en un 50% en los 5 años siguientes y se reduce aun más después de los 16 años de edad (Brown, et al 1996). Por esta causa –y debido a que el equipo de inventario no dispuso de mejor información local– el incremento anual de la biomasa, para algunos tipos de bosques naturales en Cuba, fue asumido en los inventarios de 1990 y 1994 como el 50% del correspondiente al de una plantación de las especies semejantes predominantes en esos bosques.
    Al no disponer el equipo de inventario de información detallada relacionada con el crecimiento de los diferentes tipos de bosques existentes en el país y de los diferentes componentes de la fitomasa aérea (tronco, ramas, hojas), se utilizaron como referencia, fundamentalmente, los valores por defecto e indicativos de las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997). En la Tabla 5.5 se muestran los valores seleccionados en comparación con los de las GR y los utilizados por otros países de la zona tropical.

Tabla 5.5. Valores del incremento anual de la biomasa en los bosques, utilizados en los Inventarios Nacionales de Emisiones y Absorciones de Gases de Invernadero de Cuba, en comparación con los valores por defecto e indicativos de las Guías del IPCC y los utilizados en otros países.

 
Incremento anual de la biomasa (t ms/ha/año)
Edad
IPCC(1)
Valores utilizados en países de la zona tropical
Cuba, 1990 y 1994
Cuba

1996

Rango
Comentario
Plantaciones
Latifolias
 
14.5(2)
8-15
(a)
14.5
14.5
Coníferas
 
11.5(3)
6.8-11.5
(b)
11.5
11.5
Cítricos
       
14.5(5)
14.5(5)
Otros bosques
Tropical Lluvioso
£ 20 años
10(4)
1.4-10
(c )
6.25(6)
6.25(6)
> 20 años
2.6(4)
Tropical Húmedo con Estación Seca

Larga

£ 20 años
4(4)

 
 

1.4-6.2


 
 

(d)


 
 

5.25(7)

4
> 20 años
1(4)
2
Tropical Seco
£ 20 años
4(4)
(e)
3.4
3.4
> 20 años
1(4)
Manglares
   
2-14
(f)
2
2
Arboles en zonas no boscosas
Palma Real
(e)
(e)
0.005(8)
0.005(8)
Arbolado Ciudad Habana
(e)
(e)
0.005(8)
0.005(8)

1) Guías Revisadas del IPCC (IPCC-OECD-IEA, 1997); 2)Corresponde a Eucalyptus spp.; 3) Corresponde a Pinus spp.; 4) Valores indicativos de las tasas regionales de crecimiento anual medio de la biomasa aérea; 5) Corresponde a las especies de maderas blandas en las GR del IPCC; 6) Corresponde al 50 % de la acumulación anual media de materia seca como biomasa para las especies de maderas duras de rápido crecimiento; 7) Corresponde al 50 % de la acumulación anual media de materia seca como biomasa para las especies predominantes en esos bosques, especialmente Pinos. 8) En kt ms/103 árboles a) Mayormente se ha utilizado 14.5 t ms/ha/año; b) mayormente se ha utilizado 11.5 t ms/ha/año; c) Uso variado de valores dentro del rango y no separado por edades; d) Uso variado de valores dentro del rango y no separado por edades; e) Poca información disponible sobre este tipo de bosques o árboles; f) Los valores más frecuentemente utilizados son 2 y 3 t ms/ha/año.

Como puede observarse de la tabla anterior, para el caso de las plantaciones se utiliza el valor de 14,5 t ms/ha/año para latifolias y 11,5 t ms/ha/año para las coníferas. Estos valores, también han sido muy utilizados por otros países de la zona tropical, especialmente en Centroamérica (UNDP-GEF, 2000) y son los valores por defecto recomendados en las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997). Para el caso de las plantaciones de cítricos, incorporadas a los inventarios de Cuba por su gran extensión y como otro tipo de vegetación leñosa, no se dispuso de valores de referencia en las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997), ni obtenidos en otros países de la zona tropical y se utilizó el valor por defecto recomendado para las especies de maderas blandas.

 Con relación a los "Otros Bosques", en las GR aparecen valores indicativos del crecimiento anual medio de la biomasa aérea por regeneración natural. Estos valores aparecen subdivididos en dos estratos de edades (£ 20 años y > 20 años) y fueron obtenidos asumiendo que los bosques tropicales recrecen hasta el 70% en los primeros 20 años y que alcanzan el 100% en 100 años (Brown y Lugo, 1990). Al no disponerse de datos locales sobre estos temas, los valores mencionados, anteriormente, se utilizaron como punto de partida para la selección del valor a utilizar en el inventario, para lo cual además se tomaron en cuenta las especies predominantes de árboles en los diferentes tipos de bosques existentes en el país.
    Específicamente para el caso de los bosques tropicales lluviosos (húmedos), al no disponerse de información acerca de la estratificación por edades, para los inventarios de 1990 y 1994 se asumió el valor de 6,25 t ms/ha/año correspondiente al 50 % de la acumulación anual media de materia seca como biomasa para las plantaciones de especies de maderas duras de rápido crecimiento. Este valor, coincide además con la acumulación ponderada media utilizando los valores regionales indicativos para América indicados en las GR (10 y 2,6 t ms/ha/año respectivamente). Este valor seleccionado de 6,25 t ms/ha/año, se encuentra dentro del rango de los utilizados por otros países de la zona tropical (1,4 –10 t ms/ha/año) (UNDP-GEF, 2000) y se decidió mantenerlo para el inventario de 1996; aunque debe señalarse que, para este tipo de bosques, la variedad de valores utilizados es amplia y normalmente no separados por estratos de edades, sino mayoritariamente un solo valor general.
    Para los bosques tropicales húmedos con estación seca larga, el valor utilizado en los inventarios realizados en Cuba para 1990 y 1994 (5,25 t ms/ha/año) corresponde al 50% de la acumulación anual media de materia seca como biomasa que aparece en las GR (IPCC,OECD,IEA, 1997) para las especies predominantes en ese tipo de bosques. Este valor, es superior a los valores indicativos para las tasas regionales de crecimiento para América que aparecen en las GR (4 para árboles £ 20 años y 1 para árboles > 20 años). Debe señalarse, que aunque el valor seleccionado se encuentra en el rango de los utilizados por otros países de la zona tropical (1.4-6,2 t ms/ha/año) se presenta aquí también una gran variación en los valores utilizados, aunque los de uso más frecuente son inferiores al seleccionado en Cuba.
    Tomando en cuenta, que los inventarios de 1990 y 1994 formaban parte de la Primera Comunicación de Cuba a la CMNUCC se decidió mantener en el de 1994, y para este tipo de bosques, el mismo valor utilizado en el inventario del año base 1990 que ya había sido publicado con anterioridad. Ya, para el inventario correspondiente a 1996 y considerando el peso relativo de este tipo de bosques en las captaciones de carbono en el país, se profundizó en este tema con la intención de seleccionar valores más adecuados para el crecimiento medio anual de la biomasa.
    Para el anterior objetivo - y dado que también para este año, resultó infructuosa la captación de resultados locales sobre este tema- se procedió a la realización de un ejercicio de criterio de expertos en el que participaron un buen número de especialistas de diferentes instituciones del país. De esta consulta, se obtuvo que para los bosques tropicales húmedos con estación seca larga en Cuba, un 20 % de la población de árboles existentes podría considerarse con edades £ 20 años y un 80 % con edades > 20 años. Esta separación por edades posibilitó seleccionar tasas de crecimiento medio anual para ambos grupos de edades y que resultaron - en ausencia de mejor información- , 4 t ms/ha/año para los árboles £ 20 años y 2 para los árboles > 20 años. Este último valor es superior al indicativo de las GR, pero se acerca más a los utilizados por otros autores en la región para cuando los bosques tienden a su madurez (Saldarriaga, 1991; González, 1998; UNDP-GEF, 2000). También, en la Primera Comunicación Nacional de Indonesia (1999) la tasa de incremento anual utilizada para los bosques de producción y conversión fue 2 t ms/ha ya que parte de esos bosques puede estar en una etapa madura (climax).
    Por otra parte, para los bosques tropicales secos, dada los pocos datos de referencia disponibles, se mantuvo el mismo valor utilizado en los inventarios de 1990 y 1994 (3,4 t ms/ha/año) al igual que para los manglares (2 t ms/ha/año) que se encuentra, este último, entre los valores más utilizados (2 o 3 t ms/ha/año) (Lammers et al, 1997; Lasco y Pulhin, 1998; Francisco et al., 1997).



Densidad de la Biomasa Aérea

La densidad de la biomasa aérea (t ms/ha) de los diferentes tipos de bosques, es otro factor significativo para la determinación del carbono almacenado en los ecosistemas forestales. La densidad de biomasa de los bosques tropicales varía considerablemente en el paisaje tropical debido a diferencias climáticas, edáficas, y topográficas, y esta también varía con la historia del uso de la tierra y las perturbaciones humanas y naturales (Magcale-Macandog, 2000). Estimados confiables de la biomasa aérea son especialmente importantes para el cálculo de las emisiones de GEI procedentes de la deforestación.

Cálculo de la Absorción/Emisión Neta de CO2

Para calcular la absorción/emisión neta de CO2, se estima el incremento anual de la biomasa en las plantaciones, los bosques talados o aprovechados de otra manera, así como todas las demás existencias importantes de biomasa leñosa. Se estima también la madera aprovechada para leña. A continuación se calcula la absorción neta de carbono correspondiente a esas fuentes. Si la cifra es positiva, se considera remoción de CO2, y si la cifra es negativa, se toma como emisión. Por último, la absorción o emisión neta de carbono se expresa en términos de CO2. Para la estimación del contenido total de carbono en el crecimiento anual de los bosques explotados y plantados se parte de las existencias de Bosques/Biomasa para cada tipo.
    También, al igual que en los inventarios correspondientes a 1990 y 1994, se mantuvo el criterio de no considerar en los cálculos a las reservas naturales que constituyen las zonas de control más riguroso dentro de las áreas protegidas. El resto de los bosques del país se consideraron como manejados y fueron los incluidos en el inventario. Este aspecto, vinculado a la selección de los bosques manejados en cada país, es también una fuente de incertidumbres en los estimados. Por ejemplo, en el taller regional antes mencionado (UNDP-GEF, 2000) se presentó una gran diferencia entre las consideraciones sobre bosques manejados al no aplicarse la misma definición para su clasificación ni la misma interpretación en la adaptación de la definición de las GR (IPCC-OECD-IEA, 1997).
    En la Fig. 5.2, se ofrece información acerca de la superficie de bosques y otros tipos de vegetación leñosa en Cuba. De la misma forma que para el año 1990, se estimó las superficies de "otros bosques" –diferentes a las plantaciones–, desagregados en: Tropical lluvioso, Tropical húmedo con estación seca larga y tropical seco (CITMA-CCTRAIN, 1999). En la Tabla 5.6 aparece el incremento total de la absorción de carbono debido al aumento anual de la biomasa en estos bosques.


Fig. 5.2. Superficie de los bosques y otros tipos de vegetación leñosa en Cuba. Año 1996.

El segundo paso para el cálculo de las emisiones o remociones de carbono, procedentes de los cambios en la biomasa de bosques y otros tipos de vegetación leñosa, que resultan de la actividad humana, está relacionado con la estimación de la cantidad de biomasa cosechada. Aquí se parte de los datos de cosecha comercial de madera, el consumo total de leña –incluida la madera empleada en la producción de carbón vegetal–, así como otros consumos de la madera - que en este caso a partir de la información disponible correspondió a las extracciones de cujes para el tabaco.
    Al dato de cosecha comercial, se le aplicó una tasa de expansión para contabilizar la biomasa no comercial –ramas, árboles pequeños etc.– cosechada junto con los bolos comerciales y abandonada para su descomposición. Todos los datos - además de los bolos comerciales, la leña y la madera extraída para cujes en el tabaco- fueron convertidos de metros cúbicos a toneladas de materia seca (t ms).
    La aplicación de las GR (IPCC,OECD,IEA, 1997) requiere que sean contabilizadas tanto las emisiones como las remociones de CO2. Esto implica que la misma parcela del bosque manejado sea utilizada tanto para los cálculos del crecimiento de la biomasa, como para la producción de madera comercial y la destinada a leña y otros usos. El equipo de inventario, no dispuso de la información necesaria para trabajar a ese nivel de detalle. El empleo de datos de actividad más generales - algo común en la mayoría de los inventarios en este aspecto- , en el ámbito del país, introduce determinado nivel de incertidumbre, que es evaluado e incorporado al resultado final de la estimación de emisiones.

Tabla 5.6. Absorción de carbono debido al incremento anual de la biomasa. Cuba. Año 1996.

 
Incremento total de la absorción de carbono (kt C)
Plantaciones
Latifolias
2 001.00
Coníferas
1 345.50
Cítricos
746.75
Otros bosques
Tropical Lluvioso
214.38
Tropical Húmedo con Estación Seca Larga
£ 20 años
555.20 
> 20 años
1106.4
Tropical Seco
268
Manglares
463.00
Arboles en zonas no boscosas
Palma Real (1)
75.00
Arbolado de Ciudad de La Habana(2)
0.17
Total
6 775.99

(1).Ante la ausencia de nuevos inventarios de Palmas Reales, se acudió al criterio de expertos, donde se consideró que la estimación realizada en 1990 estaba por debajo y se recomendó para 1996 la cifra de 30 millones más cercana a la realidad ( Muñiz,2001).
(2)Aunque es una cifra muy pequeña, se incluye como indicativa de lo que pudiera aportar estar categoría, si se pudiera incluir el resto de arboles dispersos en ciudades pueblos y fincas para los cuales no se dispone de información (este cálculo aunque se recomienda en los inventarios, se incluye muy poco debido a la ausencia de información de calidad sobre este tema)

En la Tabla 5.7 aparece la información captada acerca de la extracción de madera desde los bosques y otros tipos de vegetación leñosa para el año 1996. De acuerdo con lo descrito en el reporte de CITMA (2002), la mayor producción de madera proviene de extracciones de los bosques latifolios existentes en la Ciénaga de Zapata. De las extracciones de madera que ocurren en los bosques, aproximadamente el 65% se destina a la producción de leña y carbón vegetal. Por otra parte, los productos madereros de larga vida útil incluyen fundamentalmente a la madera aserrada, los tableros, los postes para el servicio público, las traviesas para ferrocarril y la madera para bocaminas (Alvarez, et al., 2000).
    En los últimos años, se produjo una tendencia al uso irracional de los bosques en lugares cercanos a núcleos poblacionales para su uso como leña aunque ya desde 1996 esta situación comenzó a revertirse como consecuencia de varias medidas adoptadas (CITMA, 1999).

Tabla 5.7. Extracción total de madera de los bosques y otros tipos de vegetación leñosa (1). Cuba, año 1996.

Tipo
Miles de metros cúbicos
Madera en bolos(1)
202.4
Consumo de Leña(1)
2 569.5
Cujes para tabaco (2)
23.9
Total
2 795.8
(1) Fuente: (ONE, 1999).
(2) Se mantuvo el dato de la extracción de cujes para tabaco del año 1990 pues no fue posible obtener esa información para el año 1996.

Estos datos arrojan un consumo total de biomasa de 1 183.48kt ms de los que se deducen 982.06 kt ms producto de la biomasa quemada fuera del bosque –coincide con la leña quemada con fines energéticos fuera del bosque– para dar realmente un consumo total de biomasa de las existencias de 201.42 kt ms.
    A partir de este paso, la madera cosechada se convirtió a carbono liberado. Para esto se utilizó el valor por defecto para la fracción de carbono de la biomasa viva de 0.5. Esta fracción se multiplicó por el consumo total de biomasa de las existencias para obtener 100.71 kt C para la liberación anual de carbono por este concepto.
    Tomando en cuenta los datos del incremento total de la absorción de carbono y de la liberación anual de carbono se obtuvo como resultado que en el año 1996 se produjo una absorción neta de 6 675.28 kt C o lo que es lo mismo 24 476.04 Gg CO2 (Tabla 5.8).

Tabla 5.8. Absorción anual de CO2 debido a los cambios en los bosques y otros tipos de vegetación leñosa. Cuba, año 1996.

Absorción anual de carbono (ktC)
Liberación anual de carbono (ktC)
Absorción neta de carbono (kt C)
Absorción anual de CO2 (Gg CO2)
6 775.99
100.71
6 675.28
24 476.04

5.5. Emisiones de CO2 Procedentes de la Conversión de Bosques y Pastizales

La conversión de bosques y pastizales a tierras de cultivo o pastos permanentes ocurre principalmente en los trópicos. La tala de los bosques tropicales supone, generalmente, el desbroce del sotobosque y el clareo, actividades que pueden ir seguidas de la quema de biomasa in situ o de su aprovechamiento como leña.
    En este proceso, parte de la biomasa se quema y otra parte permanece en el campo donde se descompone lentamente –por lo general a lo largo de un período de diez años en los trópicos. Una pequeña parte del material quemado (5-10%) se convierte a carbón vegetal, que a la intemperie resiste a la descomposición durante más de 100 años y el resto se libera instantáneamente a la atmósfera en forma de CO2.
    La estimación de la pérdida de biomasa por deforestación se basó en lo datos captados de las superficies deforestadas de acuerdo con la división política administrativa del país - incluye las talas realizadas (7 904,3 ha de acuerdo a la información suministrada por la Dirección Nacional Forestal) así como la superficie quemada en incendios forestales de origen antrópico (3 461 ha –ver Tabla 5.6). Otros factores que influyen en la deforestación no fueron considerados por no contarse con la información requerida, por lo que la cifra anterior puede ser algo inferior al real.

Para obtener la estimación de las emisiones de CO2, procedentes de la conversión de bosques y pastizales, se evaluaron los siguientes procesos:

Para estos cálculos se requieren también otros datos entre ellos, la biomasa existente antes y después de la conversión, ambas en toneladas de materia seca por hectárea. Para efectuar las estimaciones se seleccionaron los valores por defecto que más se adaptan a las condiciones geográficas y a las características del uso y transformación de la naturaleza del país.

Estimación del Carbono Liberado por la Quema de la Biomasa Aérea en el Bosque

Con relación a las emisiones de carbono procedentes de las quemas in situ, se consideró que en Cuba no se realizan quemas de bosques ni pastizales con el objetivo de su conversión a tierras de cultivos. Por lo general, las quemas que se producen, son accidentales o por fenómenos naturales como las descargas eléctricas de nubes de tormentas. En la Tabla 5.9, aparece la superficie de bosques que resultó quemada en incendios forestales así como el porcentaje de los incendios correspondiente a causas naturales y antrópicas.

Tabla 5.9. Causas de los incendios forestales y superficie quemada, por esta causa, en Cuba durante el período 1989-1998.

Años
Causas de los Incendios (%)
Superficie Quemada (ha)
Naturales 

(descargas eléctricas)

Antrópicos
1989
27.10
72.9
2929
1990
11.73
88.27
3127
1991
4.59
95.41
6582
1992
6.09
93.91
4442
1993
28.02
71.98
5380
1994
8.86
91.14
6152
1995
4.13
95.87
8731
1996
11.37
88.63
3905
1997
19.22
80.78
4708
1998
13.90
86.1
41441
Fuente: Ramos Rodríguez M.P. Tesis de Doctorado. Universidad de Pinar del Río.

La cantidad de hectáreas quemadas varía, de un año a otro, debido principalmente a las condiciones climáticas. Se considera que los incendios forestales, tienen una estrecha correlación con la condición de sequía. La complejidad para los estimados de emisiones, procedentes de la quema de vegetación, incluye la diversidad de los componentes de los árboles, además de que la combustión, en los incendios forestales y las quemas de vegetación, no resulta un proceso químicamente eficiente. Una de las razones para lo mencionado anteriormente, es el contenido de humedad de los combustibles, los cuales tienden a absorber diferentes cantidades de energía desde el fuego. Otro aspecto importante, es el movimiento del aire alrededor del fuego, con un aporte no uniforme de oxígeno para su mezcla con los gases inflamables. Bajo estas condiciones, muchos de los elementos no son consumidos completamente (Haltenhoff, 1998).
    La Provincia de Pinar del Río (21,02%), el Municipio Especial Isla de la Juventud (20,54%) y la Provincia de Camagüey (17,7%) son las regiones del país que tienen una mayor prioridad de atención en este problema, dado que acumulan el 58.73% de los daños que, por esta causa, ocurrieron en el periodo 1981-2000.
    Para estimar las emisiones procedentes de esta categoría de fuente, es preferible utilizar datos detallados acerca de las características de los incendios ocurridos, especialmente la identificación de la biomasa realmente quemada así como los tipos de especies. La información acerca de los totales de hectáreas quemadas, en el ámbito nacional, no posibilita efectuar esos tipos de análisis. El equipo de inventario no dispone, hasta el momento, de información de calidad, obtenida en el país, acerca de los factores y características de los diferentes ecosistemas - combustibilidad, humedad de la madera, corteza resinosa o no, etc.- que resultan imprescindibles para determinar las emisiones de GEI que se emiten a la atmósfera en los incendios forestales. El equipo de inventario, no tuvo conocimiento tampoco de resultados experimentales obtenidos en el país que permitan la determinación de factores de emisión para esta categoría de fuente.
    A partir de la información disponible, se obtuvo que en el año 1996, el 88,63% de los incendios tuvo un origen antrópico y ocasionaron la quema de 3 461 ha de bosques - representan el 19,09% del área deforestada en el año, con una equivalencia de 300.13 kt ms (biomasa quemada en el sitio). Para el cálculo del carbono liberado se consideró como 0.9 a la fracción oxidada durante la combustión –esta es la fracción de la biomasa quemada que en realidad se oxida en lugar de convertirse en carbón vegetal. Además, para la fracción de carbono de la biomasa aérea, quemada en el sitio, se asumió el valor por defecto de 0.5. La cantidad de carbono liberado por este concepto resultó 135.06 kt C (495,22 Gg CO2).

Estimación del Carbono Liberado por la Quema de la Biomasa Aérea Fuera del Bosque

A partir de los cálculos realizados en el Módulo Energía, se tiene que el consumo total de leña con fines energéticos fue de 982.06 kt ms que al ser quemada fuera del bosque, produjo una emisión de carbono de 441.93 kt C (1 620,41 Gg de CO2).

Estimación del CO2 Liberado por la Descomposición de la Biomasa Aérea

Para esta estimación, se partió de la fracción de la biomasa abandonada que se descompone en el sitio, liberando gases más lentamente. En el cálculo, se considera la superficie media convertida -promedio de diez años- para cada tipo de bosque y pastizal, así como los datos de la biomasa antes y después de la conversión. En la Tabla 5.10 aparecen los resultados de esta estimación.

Tabla 5.10. Carbono liberado por la descomposición de la biomasa aérea abandonada en el campo. Cuba, año 1996.

Tipos

de bosques

Superficie media convertida (promedio de 10 años)

(kha)

Cantidad de biomasa abandonada a la descomposición 

(kt ms)

Carbono liberado de la biomasa aérea

(kt C)

Tropical lluvioso
0.88
77.44
34.85
Tropical húmedo con estación seca
10.73
283.27
127.47
Tropical seco
1.4
23.8
10.71
Total
13.01
384.51
173.03

En la Tabla 5.11 se presenta de forma resumida la estimación del total de emisiones de CO2 procedentes de la conversión de bosques y pastizales.

Tabla 5.11. Emisiones de CO2 procedentes de la conversión de bosques y pastizales. Cuba, año 1996.

Liberación inmediata procedente de la Combustión 

(kt C)

Emisiones diferidas procedentes de la descomposición 

(media de 10 años)

(kt C) 

Total anual del carbono liberado

(kt C)

Total anual del CO2

liberado 

(Gg CO2)

576.99
173.03
750.02
2 750.07

5.6. Quema in situ de Bosques: Emisiones de Gases Distintos del CO2.

Toda quema de biomasa para la obtención de energía, así como la quema de las sabanas y de los residuos agrícolas, es una fuente significativa de CH4, N2O, CO y NOx. En esta sección se calculan las emisiones de gases distintos del CO2 procedentes de la quema in situ de bosques.
    El método de cálculo depende de la estimación del flujo bruto de carbono analizado en el epígrafe anterior. Las emisiones de CH4 y CO se estiman como relaciones con respecto a los flujos de carbono emitidos durante la quema. El contenido total de nitrógeno se estima atendiendo a la relación de nitrógeno–carbono en la biomasa. Las emisiones de N2O y NOx se calculan como relaciones con respecto al nitrógeno total. En la Fig. 5.3 se exponen los estimados de emisión obtenidos por este concepto y donde –como se observa– corresponden al CO los mayores aportes.


Fig. 5.3. Emisiones de gases distintos del CO2 procedentes de la quema in situ de bosques (Gg). Cuba, año 1996.

5.7. Abandono de las Tierras Cultivadas

En esta sección se tratan las remociones netas de CO2 en la acumulación de biomasa que ocurre como consecuencia del abandono de tierras cultivadas. Estas remociones, hasta el momento, se asumen como cero en el inventario, debido a que en Cuba no se produjo el abandono de tierras en los 20 años previos al año inventario - período estipulado en las GR (IPCC,OECD, IEA, 1997).
    No obstante el criterio anterior, es conocido que a partir del triunfo de la Revolución en el año 1959 y con el desarrollo económico - social que este hecho generó en todo el país, una parte de los campesinos de las zonas de montaña emigraron hacia las zonas llanas, abandonando sus zonas tradicionales de cultivos - entre estos últimos, resalta por ejemplo el cultivo del café. Ya desde hace algunos años, se ha ido revirtiendo esta situación con la instrumentación de importantes planes para el desarrollo sostenible de las montañas y la elevación de las condiciones de vida en las mismas. Estas medidas, han facilitado el retorno a las montañas de muchos campesinos, el rescate de zonas de cultivo abandonadas, así como el desarrollo de otras áreas. El equipo de inventario no dispuso de la información cuantitativa necesaria, sobre este aspecto, que posibilitara abordar el cálculo de las absorciones y emisiones de carbono que puedan haberse generado en este proceso.
    Una situación parecida - planteada ya en el inventario correspondiente a 1994- lo constituyó el crecimiento, a partir de 1990, de marabú (y aroma) en grandes extensiones de tierra dedicadas a la ganadería y que durante varios años no pudo ser eliminado. En los años posteriores a 1994, parte de este marabú, ha sido quemado en el sitio, destruido por medios químicos o cortado para ser utilizado en diferentes actividades. No se dispone de información cuantitativa de calidad sobre este tema que posibilite la estimación de las absorciones por el recrecimiento y las emisiones por las quemas de este tipo de vegetación leñosa.

5.8. Emisiones o Absorciones de CO2 en los Suelos Debido al Manejo y Cambio de Uso de la Tierra

En las GR (IPCC, OECD, IEA, 1997), se incluyen estimaciones de las emisiones netas de CO2 –fuentes y sumideros– de tres procesos:

En el inventario, no se pudieron abordar las estimaciones referentes a los cambios del carbono en los suelos minerales por no disponerse, ni de los mapas adecuados de uso de la tierra para el territorio nacional correspondientes a los años solicitados en el inventario, ni de fotografías desde satélites o aéreas con similares requisitos. En relación con las emisiones procedentes de los suelos orgánicos convertidos a la agricultura o plantaciones, esta categoría de fuente no se considera de relevancia para el país y no fue incluida en los estimados.
    Dado que no resultó posible captar el consumo de cal en las actividades agrícolas para el año 1996, la estimación de la emisión, por este concepto, se efectuó a partir del balance nacional de cal para 1996 (producción, exportación, importación), la estimación del consumo aparente, y la relación "producción nacional de cal/uso para encalado en la agricultura" obtenida para años previos. Desde esta actividad se emitieron, de forma aproximada, un total de 23.24 Gg de CO2 en 1996.

5.9. Emisiones y Absorciones de CO2 en el Módulo "Cambio de Uso de la Tierra y la Silvicultura"

A manera de resumen, en la Fig. 5.4 aparecen las emisiones y absorciones de CO2 procedentes del cambio del uso de la tierra y la silvicultura. Como se observa, en este año se produjo una absorción neta de 21 702.72 Gg. Esta cifra es inferior a la reportada para 1994 (26 469.58 Gg CO2) y las causas principales de esta reducción son las siguientes:


Fig. 5.4. Emisiones y absorciones de CO2 procedentes del cambio de uso de la tierra y la silvicultura.
Cuba, año 1996. Absorción neta 21 702.72 Gg CO2.



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