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MODULO 6. DESPERDICIOS

6.1. Introducción

En este módulo se trata la estimación de las emisiones de metano (CH4) desde los vertederos de residuos sólidos (VRS) y el tratamiento de las aguas residuales así como las emisiones de óxido nitroso (N2O) procedentes de los excrementos humanos.

El metano es el GEI más importante generado por la disposición y tratamiento de los desechos, especialmente desde los sistemas anaerobios utilizados para el manejo de los desechos biodegradables resultantes de las actividades humanas: los rellenos sanitarios y el tratamiento de las aguas residuales.

6.2. Emisiones de Metano (CH4) por la Disposición en la Tierra de Desechos Sólidos

En esta sección se aborda la estimación de las emisiones de metano procedentes de los vertederos de residuos sólidos. La descomposición anaerobia de la materia orgánica en los vertederos de residuos sólidos –por parte de las bacterias metanogénicas– es fuente de emisiones de CH4 que escapan a la atmósfera. Se estima que esta fuente representa entre el 5% y el20 % de las emisiones antropogénicas de CH4 en todo el mundo (IPCC-OECD-IEA, 1997; US EPA, 1994; IPCC, 1992).

Al contrario de las emisiones al aire y los efluentes líquidos –donde los tipos de contaminantes están por lo general bien definidos–, en los desechos sólidos y peligrosos se presentan mezclas complejas de sustancias inertes, orgánicas, tóxicas, grasas etc. (Economopoulos, 1993).

Estos desechos, por lo general, se clasifican en categorías en base a su origen utilizando como criterio, para este propósito, su potencial de contaminación del suelo o el agua. Para la clasificación de los variados tipos de fuentes de desechos sólidos puede utilizarse el sistema propuesto por el Banco Mundial/OMS/PNUMA que establece las siguientes seis categorías principales y varias subcategorias:

Los desechos sólidos municipales pertenecen en su mayoría a la categoría general de desperdicios orgánicos putrecibles. Se consideran residuos sólidos urbanos a todos aquellos residuos sólidos generados en fuentes domiciliarias, comerciales y de servicios cuyo contenido no representa ningún riesgo de peligrosidad para el medio ambiente en general y –principalmente– para la salud de la población. Este es el tipo de residuo tratado en el inventario de acuerdo a las Guías –es decir no se incluyen aquí los desechos peligrosos.

El mal manejo de los residuos sólidos municipales tiene impactos adversos diversos tanto sanitarios como estéticos, incluyendo los fuegos ocasionados por la ignición espontánea del biogás emitido en la descomposición anaerobia del material orgánico contenido en estos.

En las Guías, los vertederos de residuos sólidos (VRS) se dividen en "controlados" y "no controlados" dependiendo del grado y del tipo de control activo en el vertedero. Un vertedero "controlado" debe disponer de una ubicación controlada de los residuos –áreas específicas de disposición, control de fuegos etc.–, e incluirá al menos uno de los siguientes aspectos: material para cobertura, compactación mecánica, o nivelación del residuo. Todos los otros VRS que no caen en la anterior categoría son definidos como vertederos "no controlados " y son subdivididos en profundos (³ 5m profundidad) o poco profundos o superficiales (< 5 m de profundidad).

Los países que incluyen zonas donde no se realiza de forma organizada la colección y disposición de los residuos –por ejemplo las zonas rurales– deben utilizar para los cálculos solo los datos de la población urbana y de los residuos sólidos municipales. Los residuos sólidos en las áreas rurales son normalmente esparcidos sobre el suelo donde tienden a descomponerse aeróbicamente con muy bajas emisiones de CH4.

6.2.1. Características Generales de los Residuos Sólidos Municipales en Cuba

En esta caracterización se siguen, en lo fundamental, los resultados del Análisis Sectorial de los Residuos Sólidos en Cuba (OPS-OMS, 1997) elaborado por un equipo multidisciplinario conformado por consultores nacionales y extranjeros así como representantes de un grupo importante de instituciones del país. Este análisis tuvo como fin revisar y recomendar políticas sectoriales, estrategias y acciones para alcanzar el desarrollo del sector de residuos sólidos. En el inventario se utilizan además algunos de estos resultados, como datos de actividad para la ejecución de los estimados de emisión en esta sección.

La generación de residuos sólidos está íntimamente vinculada al desarrollo socioeconómico, por lo que el comportamiento de la cuantificación y caracterización de los residuos sólidos urbanos en el país ha tenido importantes cambios en el tiempo. Por lo que respecta a la generación y composición, esta ha variado principalmente en su incremento per cápita hasta finales de los años 80 tendiendo a disminuir a principios de los 90 (Fig. 6.1).

Respecto a la composición física de los residuos urbanos, también se ha observado cambios importantes, principalmente en la disminución de algunos conceptos, como materia orgánica y metales y el aumento de residuos de plástico, vidrio y metales no ferrosos como el aluminio entre otros. Un análisis porcentual de los subproductos contenidos en los residuos sólidos para el año 1989 se muestra en la Fig. 6.2.
 
 

Fig. 6.1. Generación promedio de residuos sólidos urbanos en Cuba
(fuente OPS/OMS, 1997).


Fig. 6.2. Análisis porcentual de los subproductos contenidos en los
residuos sólidos en Cuba. Año 1989.

El manejo de los residuos sólidos en el país comprende las etapas de almacenamiento, recogida, transporte y barrido de los residuos sólidos urbanos, servicio que es brindado por las direcciones de los servicios comunales. A nivel nacional, la disposición final de los residuos sólidos urbanos es realizada por las direcciones de servicios comunales y, en lo que respecta a la planeación para la ubicación de vertederos, existe una comisión institucional compuesta por el Instituto de Planificación Física, MINSAP, Dirección de Servicios Comunales y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, los cuales se encargan de apoyar a los municipios.

En la década de 1970 empezaron a operar los primeros rellenos sanitarios en las principales ciudades del país. En ellos se cumplían criterios básicos de diseño y operación de relleno sanitario –lejanía de la población, cercado perimetral, control de acceso, compactación y recubrimiento de los residuos. En el período 1970-1987 llegaron a existir alrededor de 14 rellenos en operación en todo el país.

Posteriormente, dado el decrecimiento de la economía del país, a partir de los cambios ocurridos en los países ex socialistas de Europa del Este y la ex URSS así como la agudización del bloqueo norteamericano, se inició una baja considerable en la cobertura y operación de los servicios de disposición final a nivel nacional, llegándose a tener sólo cuatro rellenos sanitarios en el país en el año 1989 alcanzando la situación el punto crítico en el año 1991.

A partir de esta etapa la disposición final de los residuos sólidos en el país se realiza fundamentalmente en vertederos a cielo abierto y de poca profundidad (OPS/OMS, 1997), habilitándose soluciones emergentes y temporales en las ciudades mayores –entre ellas la capital del país– para acopiar los volúmenes de residuos generados por la población.

En Cuba se han operado pocos tipos de tratamiento de los residuos sólidos a lo largo de su historia. Estos han constituido principalmente sistemas físicos y de forma no permanente. Algunos de los tipos de tratamiento empleados incluyen la utilización de la fracción orgánica contenida en los residuos sólidos urbanos (48 %) para la alimentación de ganado porcino y en menor escala el compostaje, el uso de la lombricultura y la utilización de material estabilizado como abono inorgánico.

Otra actividad desarrollada –desde hace más de tres décadas– es la gestión de recuperación, procesamiento y comercialización de los residuos sólidos reciclables lo que posibilita el aprovechamiento de importantes renglones de desechos que son reutilizados o reciclados como materia prima secundaria. Esta recuperación cubre los residuos generados por los sectores industrial y comercial y parcialmente los de la población.

6.2.2. Cálculo de las Emisiones de Metano (CH4)

En el relleno sanitario el desecho orgánico primero se descompone aeróbicamente y es entonces atacado por bacterias anaerobias no metanogénicas que convierten el material orgánico a formas más simples como la celulosa, aminoácidos, azúcares, y grasas. Esas sustancias simples son posteriormente transformadas a gases y a compuestos orgánicos de cadena corta que forman el sustrato para las bacterias metanogénicas. Se asume que el biogás resultante consiste de aproximadamente el 50% de CO2 y 50% de CH4 por volumen –aunque en la práctica el porcentaje de CO2 puede ser menor debido a que parte del CO2 se disuelve en el agua del relleno sanitario.

La tasa de generación de metano en el relleno sanitario depende de muchos factores vinculados tanto a las prácticas de manejo utilizadas como a otras características. En estas se incluyen: a) la composición del desecho, b) la humedad del desecho, c) temperatura, d) acidez. El contenido de humedad es un aspecto crítico para la descomposición anaerobia debido a que el agua proporciona un medio adecuado para la distribución de las bacterias y nutrientes.

Las bacterias son afectadas por la temperatura y se estima que la tasa de producción de metano alcanza niveles máximos entre 50 y 60 °C, aunque este puede producirse desde 10 a 60 °C. Igualmente el sistema es sensible al pH, con un rango óptimo entre 6,8-7,2, aunque la producción de metano puede ocurrir entre 6,5 y 8,0. Además de los factores críticos citados anteriormente, existen un número importante de factores físicos que influyen, tales como la densidad y consistencia de la basura, el diseño del relleno etc. (U.S./Japan WG on CH4, 1992).

La metodología por defecto en las Guías establece para el cálculo de las emisiones (Gg/año) la siguiente expresión:

donde:

RSUT = Total de residuos sólidos municipales generados (Gg/año)
RSUF = Fracción de RSU eliminados en los VRS
FCM = Factor de corrección para el metano (fracción)
COD = Carbono orgánico degradable (fracción)
CODF = Fracción de COD asimilado
F = Fracción de CH4 en el gas del vertedero (valor por defecto 0.5)
R = Metano recuperado (Gg/año)
OX = Factor de oxidación (el valor por defecto es 0)

La aproximación del IPCC supone que el metano se libera en el mismo año en que los desechos se disponen en el relleno. Esto no es lo que sucede realmente, pero proporciona una primera aproximación a las emisiones reales. También la descomposición del carbono orgánico que se deposita en los VRS no es total y parte de este permanece durante largo tiempo en el relleno. El metano producido –cuando no es recuperado– es emitido totalmente a la atmósfera.

Para el cálculo de las emisiones –dada la ausencia de estadísticas detalladas en el país en este sector para el año inventario– se procedió inicialmente a la estimación del total de residuos sólidos urbanos generados y eliminados en vertederos de residuos sólidos. Para esto, se determinó la población cuyos desperdicios se llevan a vertederos de residuos sólidos, fundamentalmente la población urbana.

En 1990 existía en el país un índice de urbanización del 73,9% lo que se traduce en un total de 7 903 210 habitantes que conformaban la población urbana en ese año. Además existían más de 11 000 asentamientos rurales menores de 2 000 habitantes con cerca de 2,5 millones de personas, aunque solamente el 1,8% de esa población recibía servicios de recogida de residuos sólidos (45 000 habitantes). Se asume que el resto de la población no tributaba a un sistema centralizado de disposición de los residuos. El grupo de asentamientos rurales señalado anteriormente tiene uno de los índices más bajos de producción de residuos sólidos en el país –en el orden de los 0,15 kg/hab/día.

A partir de la generación media de residuos sólidos per cápita en las ciudades para el año 1990 (0,686 kg/hab/día), del índice de producción de residuos sólidos en los asentamientos rurales y de los datos de población urbana y de población en asentamientos rurales con servicios de recogida de residuos sólidos, se estimó un total de 1777,34 Gg de residuos sólidos "urbanos" –sin tomar en cuenta las particularidades del volumen diario per cápita de la población según los niveles del Sistema de Asentamientos Poblacionales.

El segundo paso del cálculo lo constituyó la determinación del factor de corrección para el metano. Para esto, se estimó la proporción de desperdicios por peso para cada tipo de vertedero, del total anual de residuos sólidos dispuestos y a partir de estos se seleccionaron los factores de corrección para el metano y se calculó el factor ponderado de corrección para cada tipo y el total (Tabla 6.1).

Tabla 6.1. Cálculo del factor de corrección para el metano.

Tipo de vertedero
Proporción de desperdicios para cada tipo de VRS
Factor de corrección para el metano
FCM medio ponderado para cada tipo de vertedero de residuos sólidos
Controlados
0.1
1.0
0.1
No controlados profundos (³ 5 m de desperdicios)
0
0.8
0
No controlados poco profundos (< 5 m de desperdicios)
0.9
0.4
0.36
Total
1
0.6
0.46

El tercer paso, comprendió la estimación de la tasa de producción de metano por unidad de desperdicios. Para esto, se calculó la fracción de carbono orgánico degradable (COD) en los residuos sólidos urbanos (RSU). Esta se calculó sobre la base de la composición de los desechos en el país y valores por defecto, indicados en las Guías, para el carbono orgánico degradable de cada fracción de los desechos. Se utilizó para esta estimación la siguiente ecuación:

donde:

A = porcentaje de los RSU que corresponden al papel y los textiles
B = porcentaje de los RSU que corresponden a los desechos de jardín y de los parques u a otros desechos orgánicos putrecibles –excluidos los alimentos.
C = porcentaje de los RSU que corresponde a los restos de alimentos
D = porcentaje de los RSU que corresponde a madera y paja

Se utilizan datos de la caracterización de los desechos sólidos comunales de Cuba, citados en OPS-OMS, 1997, combinados con valores por defecto de las Guías para desechos húmedos o frescos. Este cálculo dio 0,15 que coincide con el valor recomendado por defecto en las Guías del IPCC y es cercano o coincide con el valor utilizado para este cálculo por otros países de América Latina.

El carbono orgánico degradable no se descompone del todo y parte del material degradable permanece en el vertedero, incluso durante largos períodos. Aunque este es un tema de estudio dentro de las Guías se utiliza un valor por defecto de 0,77 como la fracción de COD que realmente se degrada. Al no disponerse de datos locales con relación a la fracción de carbono liberado como metano se utilizó el valor por defecto de las Guías de 0,5.

A partir de estos datos, se calculó la tasa potencial de generación de metano por unidad de desperdicios, la tasa real de generación de metano para el país, así como el total bruto anual de metano generado. A este total bruto se le deduce la recuperación anual de metano correspondiente a la quema en antorchas o a los sistemas de recuperación para energía –se asume como 0 para el año inventario– con lo cual se obtuvo la generación neta anual de metano. Esta última se corrige por la oxidación del metano para obtener la emisión neta anual que resultó 71,09 Gg CH4. Debe señalarse que el valor utilizado como factor de corrección para la oxidación del metano es 1-0=1 que es el que –por el momento– recomiendan las Guías.

6.3. Emisiones de Metano Procedentes del Tratamiento de las Aguas Residuales

El tratamiento anaerobio de las aguas residuales con elevado contenido de material orgánico –incluidas las aguas residuales domésticas y comerciales y algunos efluentes industriales–, puede dar origen a cantidades considerables de metano. Se ha estimado que las emisiones de este gas, procedentes de los efluentes industriales, oscilan entre 26 y 40 Tg (IPCC/OECD/IEA, 1997) mientras que las de las aguas residuales domésticas y comerciales se elevan a unos 2 Tg/año. Tomadas en su conjunto, representan entre el 8% y el 11% de las emisiones de metano en todo el mundo (IPCC, 1995).

En el inventario se calculan –por separado–, las emisiones generadas por el tratamiento de dos tipos principales de aguas residuales:

El factor principal que determina el potencial de generación de metano de las aguas residuales, es la cantidad de materia orgánica en ellas. En el caso de las aguas residuales y lodos domésticos y comerciales, esta cantidad es medida a través de la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO), mientras que en los efluentes industriales se emplea la Demanda Química de Oxígeno (DQO).

La DBO indica la cantidad de carbono biodegradable aeróbicamente, mientras que la DQO indica la cantidad total de carbono –tanto biodegradable como no biodegradable– que puede oxidarse.

Con relación a los datos necesarios para los cálculos, debe decirse que no pudo disponerse de datos de calidad a nivel local pese a los esfuerzos desarrollados para su captación en varias instituciones cubanas vinculadas al tema y que disponen de inventarios de fuentes contaminantes. Una parte importante de los datos necesarios –para la estimación de las emisiones de GEI en este sector–, no se captan de forma sistemática por el sistema de la Oficina Nacional de Estadísticas, por lo que su inclusión en este sistema se considera como un aspecto fundamental para poder abordar las próximas ediciones del inventario.

Esta situación motivó la utilización de valores por defecto recomendados por las Guías del IPCC y otras metodologías (US EPA, 1995; CORINAIR, 1996; Economopuolos, 1993) así como estimaciones de la generación de aguas residuales sobre la base de los datos de actividad disponibles, especialmente datos de población, producción industrial en los diferentes tipos de fuentes etc., así como información acerca de los sistemas de tratamiento utilizados.

La metodología utilizada da cuenta de las emisiones procedentes de las aguas residuales y los lodos. En ambos casos, el método incluye tres partes: el total de materia orgánica; los factores de emisión; y las estimaciones de las emisiones. El material orgánico en las aguas residuales o los lodos –medido como DBO o DQO– se multiplica por el factor medio de emisión para cada fuente de aguas residuales o de lodos a fin de obtener una estimación de las emisiones.

6.3.1. Aguas Residuales Domésticas y Comerciales

El primer paso para el cálculo de las emisiones es la estimación del total de las aguas residuales y los lodos orgánicos generados. Esta estimación depende de la población cuyas aguas residuales reciben tratamiento. Al igual que para los desechos sólidos, se parte aquí del total de población urbana del país con algunas correcciones derivadas del sector rural, asumiendo que en las zonas rurales el tratamiento de las aguas residuales es limitado o nulo. En general recibieron tratamiento mecánico o biológico alrededor del 25% del total de las aguas residuales evacuadas por el alcantarillado en el año base.

En 1990 el sector urbano contaba con una cobertura de alcantarillado del 39,1% lo que representa un total aproximado de 3 090 155 personas que disponían de este servicio. Además un total de 4 813 055 personas tenía cobertura de fosas sépticas y letrinas. Adicionalmente 49 600 personas del sector rural lo tenían de alcantarillado y 1 007 500 en fosas y letrinas. Esto hace un total de 8 960 310 personas con esta cobertura.

Para el cálculo, se utilizó un valor de 14 600 kg DBO/1000 personas/año a nivel general en Cuba. Este valor es el recomendado en las Guías para América Latina y el Caribe. Se asume como cero a la fracción del componente orgánico retirado como lodos. Estos datos proporcionaron un estimado total de las aguas residuales orgánicas domésticas/comerciales generado en el país en 1990.

El siguiente paso correspondió a la estimación del factor de emisión para los sistemas de tratamiento de las aguas residuales y los lodos domésticos y comerciales. En la Tabla 6.2 se ofrecen los datos utilizados para esta estimación considerando los valores por defecto de las Guías del IPCC para el caso general de sistema de tratamiento no especificado. El valor por defecto (teórico) para la capacidad máxima de producción de metano en las aguas residuales es de 0,63 kg CH4/kg DBO si se toma en cuenta que el valor de la DQO es entre 2 y 2.5 veces mayor que la DBO (el valor de 0,63 se utilizó en sustitución al recomendado en las Guías de 0,25 para este tipo de aguas residuales). El factor de emisión medio para las aguas residuales domésticas/comerciales resultó 0,05 kg CH4/kg DBO.

Tabla 6.2. Estimación del factor de emisión para los sistemas de tratamiento de l
as aguas residuales domésticas y comerciales. Cuba. Año base 1990.

Sistema de tratamiento
Fracción de las aguas residuales tratadas
Factor de conversión en metano
Producto
Capacidad máxima de producción de metano

kg CH4/kg DBO

Factor de emisión medio
 

kg CH4/kg DBO

No especificado
0.1
0.8
0.08
   
   
FCM global
0.08
0.63
0.05

En Cuba, en las áreas urbanas, predomina el uso del alcantarillado centralizado y las fosas sanitarias. La letrina sanitaria es de amplio uso en las áreas rurales agrupadas mientras que la letrina no sanitaria es una práctica aún bastante extendida en las áreas de población rural dispersa (CITMA, 1995).

Debe tomarse en cuenta, que las fosas abiertas/letrinas pueden ser una fuente de metano cuando la temperatura y el tiempo de retención son favorables y que el diseño o manejo inadecuado de los sistemas anaerobios pueden permitir aeración y producción reducida de metano. En las fosas sépticas, la extracción frecuente de sólidos reduce la producción de metano. Por otra parte, los ríos de aguas estancadas deficientes en oxígeno, permiten la descomposición anaeróbica.

De igual forma, a la expuesta anteriormente, se procede a la estimación de los factores de emisión para los sistemas de tratamiento de los lodos domésticos y comerciales. Estos factores no fueron estimados por no disponerse de la información necesaria para el cálculo. No obstante, se estima que las emisiones en el país por este concepto son insignificantes.

Para la estimación de las emisiones de metano procedentes de las aguas residuales domésticas/comerciales, se partió del total de las aguas residuales orgánicas domésticas/comerciales del país en 1990 y el factor de emisión medio calculado en la Tabla 6.2. Esto proporciona una emisión neta de 6,54 Gg CH4 por este concepto –considerando como cero la cantidad de metano recuperado y/o quemado en antorchas.

6.3.2. Efluentes y Lodos Industriales

Se calculan, en este epígrafe, las emisiones de metano procedentes del tratamiento de los efluentes y lodos industriales. Se parte del total de la producción industrial para cada tipo de industria donde fue posible disponer de información acerca del componente orgánico degradable –kg DQO/m3 aguas residuales– así como de los efluentes producidos –m3/t de producto. Estas producciones corresponden a las de cervezas y maltas, vinos, productos cárnicos, procesamiento de pescado, productos lácteos –incluye leche fluida, leche condensada, leche evaporada, leche en polvo, quesos, yogur y helados–, producción de azúcar, producción de aceites y grasas comestibles, refrescos, alcohol, rones, la producción de pulpa de papel, papel y cartón, fertilizantes, detergentes en polvo y productos para la higiene.

Para otros tipos de producciones no pudieron obtenerse, con la calidad necesaria, los datos requeridos para efectuar las estimaciones de emisiones por lo que los resultados obtenidos son algo inferiores a los reales.

Existe también aprovechamiento de residuales en diversas ramas industriales como por ejemplo, la industria de pulpa y papel, la industria química, la industria minero-metalúrgica, la industria alimentaria y otras. En la industria alimentaria se utilizó cerca del 80% de sus residuos –debidamente tratados– en la alimentación animal y humana, lo que junto a las plantas de tratamiento de residuales construidas, ha permitido disminuir la carga contaminante, de esta industria, en un alto porcentaje.

Hay que señalar además que en la versión actual de las Guías se dispone aún de pocos valores por defecto representativos para los diferentes procesos y regiones en este sector, aspecto que dificulta aún más la ejecución de las estimaciones. A partir de los cálculos efectuados –considerando como cero la fracción del componente orgánico degradable retirado como lodos– se obtuvo el total de efluentes orgánicos producidos por las fuentes industriales.

A continuación se procedió al cálculo del factor de emisión para los sistemas de tratamiento de los efluentes industriales (Tabla 6.3). Para esto, se partió de un estimado del 0,2 para la fracción de los efluentes tratados en sistemas de tratamiento Además se utiliza un factor de conversión en metano del 90% –recomendado como un genérico en las Guías para América Latina y el Caribe– para todos los tipos de industria y sistemas de tratamiento no específicos. Las Guías del IPCC sugieren un valor por defecto de 0,25 kg CH4/kg DQO, pero datos más recientes (Doorn et al., 1997) indican que un valor por defecto para la capacidad máxima de producción de metano Bo de 0,21 kg CH4/kg DQO es más apropiado. A partir de esos valores, el factor de emisión medio para las fuentes de efluentes industriales en el país se estimó en 0,0378 kg CH4/kgDQO.

Tabla 6.3. Estimación del factor de emisión para los sistemas de tratamiento de
los efluentes industriales. Cuba. Año base 1990.

Sistema de tratamiento de efluentes
Fracción de los efluentes tratados
Factor de conversión en metano
Producto
Capacidad máxima de producción de metano
 

(kg CH4/kgDQO)

Factor de emisión medio para la fuente de efluentes industriales (kg CH4/kg DQO)
No especificado
0.2
0.9
0.18
   
   
FCM global
0.18
0.21
0.0378

 

Considerando el total de los efluentes orgánicos de fuentes industriales y del factor de emisión medio calculado en la Tabla 6.3 se estimó una emisión neta de CH4 de 45,95 Gg –considerando como cero la cantidad total de metano recuperado y/o quemado en antorchas.

En la Tabla 6.4 se expone un resumen de las emisiones de CH4 en el módulo desperdicios y que importan un total de 123,58 Gg. En la Fig. 6.3 se muestra la distribución porcentual de estas emisiones.

Tabla 6.4. Módulo Desperdicios. Emisiones totales de CH4 (Gg).
Cuba. Año base 1990.

Actividad
Emisión (Gg CH4)
Disposición de residuos sólidos en tierra
71.09
Tratamiento de las aguas residuales domésticas y comerciales
6.54
Tratamiento de los efluentes y lodos industriales
45.95
Total
123.58

Fig. 6.3. Distribución porcentual de las emisiones de CH4 en el
módulo desperdicios. Cuba, año base 1990.

6.4 Oxido Nitroso Procedente del Excremento Humano

En este epígrafe se calculan las emisiones indirectas de N2O procedentes del excremento humano. El contenido de nitrógeno en los excrementos humanos depende de la dieta, salud y actividad física de los individuos. Se estima que una persona activa con un ingreso diario de cerca de 300 g de carbohidratos, 100 g de grasas y 100 g de proteínas, excreta alrededor de 16 g de nitrógeno. Los riñones evacuan el 95% del nitrógeno y el 5% residual es excretado como nitrógeno en las heces fecales. Una persona de dieta europea evacua 80-90% del nitrógeno como urea (Hasper et al, 1983; CORINAIR, 1996).

Para el cálculo, se parte del consumo medio anual per capita de proteína en el país en kg/persona/año y de la población del país. Se asume un valor de 0,16 kgN/kg proteína como la fracción de nitrógeno en la proteína. Se asume también –al igual que en módulo Agricultura– un factor de emisión de 0,01 kg N2O-N/kg de N en el excremento producido. No se dispuso, para el año base, de la información necesaria en el país para efectuar los cálculos, por lo que estas emisiones no fueron estimadas. No obstante, los análisis efectuados verifican que la contribución por esta fuente, a las emisiones de N2O, es despreciable.


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