Apertura de la COP30: "El Acuerdo de París está logrando avances reales, pero debemos esforzarnos valientemente para conseguir más" Simon Stiell
10 Noviembre 2025
Discurso de ONU Cambio Climático
ES at the opening of COP30
Credit: Kiara Worth | UN Climate Change

A continuación se incluye el mensaje del Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, en la sesión plenaria inaugural de la COP30 celebrada en Belém (Brasil) el lunes 10 de noviembre de 2025.

Presidente, Excelencias, 

Hace diez años, en París, diseñábamos el futuro, un futuro en el que se apreciaría claramente una curva descendente de las emisiones.

Colegas, bienvenidos a ese futuro.

La curva de emisiones ha descendido. Gracias a lo que se acordó en salas como esta, en conjunto con la legislación de los gobiernos y la respuesta de los mercados. 

Pero no voy a endulzar la situación. Nos queda mucho trabajo por hacer. Debemos avanzar mucho, mucho más rápido tanto en la reducción de las emisiones como en el fortalecimiento de la resiliencia. 

La ciencia es clara: podemos y debemos volver a bajar las temperaturas a 1,5 °C después de cualquier rebasamiento temporal.

Lamentarse no es una estrategia.   Necesitamos soluciones.

Nos encontramos aquí, en Belém, en la desembocadura del Amazonas. Y podemos aprender mucho de este caudaloso río. 

El Amazonas no es una entidad única, sino un vasto sistema fluvial alimentado e impulsado por más de mil afluentes.

Para acelerar la implementación, el proceso de la COP debe recibir el mismo apoyo, impulsado por las numerosas corrientes de cooperación internacional.

Porque los compromisos nacionales individuales por sí solos no están reduciendo las emisiones con la suficiente rapidez.

No necesitamos esperar a que lleguen lentamente las NDC tardías para detectar la brecha y diseñar las innovaciones necesarias para abordarla.  

Ninguna de sus naciones puede permitírselo, ya que los desastres climáticos reducen el PIB en dos dígitos.  

Vacilar mientras las mega sequías arruinan las cosechas nacionales y disparan los precios de los alimentos no tiene ningún sentido, ni económica, ni políticamente.

Discutir mientras se extiende la hambruna a medida que los conflictos se propagan, obligando a millones de personas a huir de sus países, nunca se olvidará. 

Que los desastres climáticos diezmen la vida de millones de personas, cuando ya tenemos las soluciones, esto nunca, jamás, será perdonado.

La economía de esta transición es tan indiscutible como los costos de la inacción. 

La energía solar y eólica son ahora las más baratas en el 90 % del mundo.

Las energías renovables han superado este año al carbón como principal fuente de energía del mundo.

La inversión en energía limpia e infraestructura alcanzará otro récord este año, con inversiones en energías renovables que superarán a las de combustibles fósiles en una proporción de 2 a 1.

Entonces, ¿qué hay que decidir aquí en Belém para estar a la altura de las oportunidades, dada la magnitud de la crisis a la que nos enfrentamos?

Porque ya hemos acordado que vamos a alejarnos de los combustibles fósiles. Ahora es el momento de centrarnos en cómo hacerlo de forma justa y ordenada. Centrándonos en qué acuerdos alcanzar para acelerar la triplicación de las energías renovables y la duplicación de la eficiencia energética.

Ya hemos acordado aportar al menos 300 000 millones en financiación climática, con los países desarrollados a la cabeza. Ahora tenemos que poner en marcha la Hoja de Ruta de Bakú a Belém. Para empezar a avanzar hacia los 1,3 billones. 

Ya hemos acordado un objetivo global en materia de adaptación. Ahora tenemos que ponernos de acuerdo sobre los indicadores que ayudarán a acelerar su aplicación, para liberar su potencial. 

Ya hemos acordado que las vías de transición deben ser inclusivas y justas, y abarcar todas las economías y sociedades. Ahora debemos acordar medidas concretas para convertir las aspiraciones en acciones.

Ya hemos acordado un Programa de Implementación Tecnológica. Pongámoslo en marcha.

Es esencial obtener resultados sólidos y claros en todas estas cuestiones. Así es como le indicamos al mundo que la cooperación climática está dando resultados.

En Belém, tenemos que unir el mundo de las negociaciones con las acciones necesarias en la economía real.  

La Agenda de Acción no es algo opcional o que estaría bien tener, sino que es fundamental para la misión. Más aún, redunda totalmente en el interés propio de todas las naciones.

Cada gigavatio de energía limpia reduce la contaminación y crea más puestos de trabajo.

Cada acción para fomentar la resiliencia ayuda a salvar vidas, fortalecer las comunidades y proteger las cadenas de suministro globales de las que depende toda economía.

Esta es la historia del crecimiento del siglo XXI: la transformación económica de nuestra era.  Quienes opten por quedarse al margen o den pequeños pasos se enfrentarán al estancamiento y al aumento de los precios, mientras que otras economías avanzarán a pasos agigantados.

Parafraseando al presidente Roosevelt hace más de un siglo:  No es el crítico quien cuenta, ni el que señala dónde el que actúa podría haberlo hecho mejor. El mérito pertenece a quienes están realmente en la arena, con el rostro manchado de polvo, sudor y sangre, luchando valientemente.

Pero, amigos, permítanme ser claro: en esta arena de la COP30, su trabajo aquí no es luchar entre ustedes, sino luchar juntos contra esta crisis climática.

París está trabajando para lograr un progreso real. No lo olvidemos.  

Pero, amigos, debemos luchar valientemente por conseguir más.  

Gracias