Las mujeres necesitan aumentar la ambición para la acción climática en las ciudades
26 Febrero 2018
Discurso de ONU Cambio Climático
Women 4 Climate

Noticias ONU Cambio Climático, 26 de Febrero de 2018.En la COP 23 en noviembre pasado en Bonn se logró la adopción del Plan de Acción de Género para el Cambio Climatico. Según ONU Mujeres, más de la mitad de las mujeres y las niñas que viven en las ciudades en los países en desarrollo carecen de, al menos, una de las siguientes necesidades básicas: agua potable, instalaciones sanitarias o una vivienda estable y con el espacio necesario. Esta es una situación que obstaculiza el cumplimiento de prácticamente todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo el objetivo número 13: actuar de manera urgente contra el cambio climático y sus efectos.

A continuación, el discurso de la Secretaria Ejecutiva de ONU Cambio Climático en la conferencia Women4Climate:

Señor Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México

Alcaldes y alcaldesas de distintas partes del mundo que nos acompañan

Jóvenes líderes del programa Mujeres por el Clima

Señoras y señores

Bienvenidos a la Ciudad de México. Tengo la suerte de visitar muchas ciudades, pero esta es mi casa. Aquí nací y aquí crecí, me formé, y empecé a explorar el mundo. Es verdaderamente un sitio maravilloso, multifacético, multicolores, multicultural, apasionante. Por eso les invito a que disfruten de sus magníficos monumentos, su música y por supuesto su comida y su gente.

En el paseo en bici ayer, me di cuenta de cuánto ha cambiado y cuánto sigue cambiando mi ciudad.

Hace apenas pocos años, muy pocas personas se atrevían a andar en bicicleta por la calle porque había demasiada gente, demasiados coches, y no había conciencia de los efectos de las emisiones de los vehículos en el medio ambiente, y tampoco una cultura y regulaciones para proteger a los ciclistas. No cabe duda, el cambio era difícil de imaginar, pero se ha producido con gran rapidez, y hoy miles de personas utilizan los carriles para bicicleta cada día. Los ciudadanos disfrutan en familia de los recorridos en domingo cuando se cierran las grandes avenidas.

La Ciudad de México, como mucha otras, ha logrado enormes cambios que antes parecían imposibles, en la infraestructura y el transporte público, entre otros. Los ciudadanos están demostrando no sólo que pueden, sino que quieren los cambios que redunden en beneficios para la calidad de vida de sus familias.

El problema con los grandes desafíos, es que son tan grandes y tan complejos, que las soluciones parecen inalcanzables y lentas, y se puede caer fácilmente en la apatía.

Pero si hay algo que la historia nos ha enseñado es que, si queremos un cambio, debemos simplemente ponernos a trabajar, fijarnos objetivos, dar nuestro esfuerzo máximo y evaluar cada día los resultados.

Y esto se aplica tanto si hablamos de la lucha contra el cambio climático, como de los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la igualdad de género.

No cabe duda, los cambios requieren una fuerte inversión de tiempo. Sin embargo, hoy por hoy, el tiempo se nos acaba.

El año 2017 fue desastroso en términos climáticos. En todos los rincones del planeta vimos sus devastadores efectos.

Los monzones en Asia, los huracanes en el Caribe y Norteamérica y las inundaciones en África y Europa cobraron muchas vidas, y dejaron tras de sí pérdidas costosas.

Y lo mismo está ocurriendo este año con la ola de calor en Australia, la sequía en muchos países vulnerables de África y la falta de agua potable en Ciudad del Cabo.

Pero 2017 no arrojó sólo una balanza negativa. También fue un año importante para avanzar en el reconocimiento de la importancia de la perspectiva de género en cualquier solución al cambio climático.

En efecto, en la COP 23 en noviembre pasado en Bonn se logró la adopción del Plan de Acción de Género para el Cambio Climatico.

Según ONU Mujeres, más de la mitad de las mujeres y las niñas que viven en las ciudades en los países en desarrollo carecen de, al menos, una de las siguientes necesidades básicas: agua potable, instalaciones sanitarias o una vivienda estable y con el espacio necesario.

Esta es una situación que obstaculiza el cumplimiento de prácticamente todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo el objetivo número 13: actuar de manera urgente contra el cambio climático y sus efectos.

¿Por qué digo esto? Porque es indispensable la participación de las mujeres, que representan más de la mitad de la población. Sus necesidades y perspectivas deben ser parte fundamental en la búsqueda de soluciones al problema de cambio climático.

Debemos reconocer que estamos ante retos interconectados, y hacer de esa interconexión una oportunidad.

Al empoderar a las mujeres y a las niñas garantizaremos sus derechos, y a la vez aumentaremos las posibilidades de alcanzar los objetivos climáticos y de desarrollo sostenible.

En este ámbito, hay señales alentadoras. La perspectiva de género es uno de los principios que guían el espíritu y la letra tanto del Acuerdo de París, como del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres. También está presente de manera prominente en la agenda de grupos como Ciudades 40, con la iniciativa que hoy nos reúne, Mujeres por el Clima.

Los estudios que ustedes llevan a cabo sobre la interrelación de las cuestiones de género con las problemáticas urbanas y el cambio climático, son clave para asegurar que las necesidades de todas las personas se tomen en cuenta.

Me alienta profundamente el entusiasmo, la dedicación y las aportaciones de las jóvenes a esta agenda. En esta iniciativa tenemos espléndidos ejemplos de la voluntad, capacidad y creatividad de las jóvenes. Por eso me complace ser mentora de esta valiosa iniciativa para sumar a las mujeres jóvenes a las acciones contra el cambio climático, tanto a nivel personal como en sus comunidades.

En el Secretariado de Cambio Climático estamos trabajando para apoyar la implementación del Plan de Acción de Género, uno de los grandes logros de la COP 23, que se celebró en Bonn en noviembre del año pasado.

El objetivo de este plan es impulsar la participación plena y equitativa de las mujeres y promover políticas con perspectiva de género a todos los niveles.

Esto significa incluir la perspectiva de género en la planeación de acciones para dar cumplimiento a la Convención y en el trabajo que hacemos todos: los países, el Secretariado, las Naciones Unidas en su conjunto, y todos los actores involucrados en la acción climática.

Desde el Secretariado, por ejemplo, hacemos un llamado a los Estados a que traten de alcanzar la paridad de género en sus delegaciones negociadoras.

También los motivamos para elegir a más mujeres para los puestos de dirección de nuestros órganos subsidiarios.

Señoras y señores, está claro que, si queremos hacer frente al cambio climático, las mujeres y las niñas de todo el mundo deben ser actores centrales.

También está claro que esta batalla se va a librar sobre todo en las zonas urbanas. Las ciudades y las regiones ya lo han reconocido y están actuando al respecto. Están cambiando las cosas en sus territorios y ayudando a otros a mejorar sus resultados.

Esto se refleja en el trabajo de Ciudades C40, pero también en iniciativas como el Manifiesto One Planet, suscrito por C40, ICLEI, y el Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía.

Estos colectivos de gobiernos locales y regionales se comprometieron, también en la COP 23, a acelerar la implementación del Acuerdo de París en las ciudades y a nivel local en todo el mundo. Me da mucho gusto comprobar que están cumpliendo. Los felicito y les aseguro que su compromiso nos motiva para hacer cada día más.

Quisiera compartir algunos ejemplos: China ha puesto en marcha una iniciativa de ciudades con bajas emisiones de carbono para mejorar la eficiencia energética en la industria, la construcción y el transporte.

Nueva Delhi ha desarrollado e implementa un plan de acción climática integral.

Y ciudades como Atenas, Barcelona y París no sólo han logrado ubicar el fenómeno del calor urbano geográficamente, sino que también han identificado a las poblaciones más vulnerables al mismo.

Algunas ciudades son pioneras en la búsqueda de nuevos sistemas de financiación de sus medidas de sostenibilidad. Gotemburgo, en Suecia, ganó uno de nuestros premios Impulso para el Cambio por ser la primera ciudad en emitir bonos verdes.

Todas estas acciones merecen nuestro reconocimiento, no solo por los resultados que están dando, sino también porque motivan a los gobiernos nacionales para que aumenten la ambición de sus planes nacionales de acción climática.

Creo que todos los que estamos aquí podemos coincidir en que cualquier agenda urbana tiene que tomar en cuenta la inclusión de las mujeres y las niñas, el cambio climático y el desarrollo sostenible.

Los ejemplos que compartí, tanto en materia de perspectiva de género como en torno a la acción climática de las ciudades alimentan mi optimismo.

Sin embargo, falta mucho por hacer. Necesitamos sumar a más actores a todos los niveles en este proyecto.

Hoy tenemos, tal vez por poco tiempo, la histórica oportunidad de trabajar todos juntos y crear un futuro más limpio, más verde y más incluyente.

Juntos, podemos estar a la altura de las circunstancias y heredar a las futuras generaciones un planeta que les brinde un entorno seguro, sostenible y lleno de oportunidades.

 

Muchas gracias.