Discurso de Patricia Espinosa en la apertura de la Conferencia de Bonn sobre cambio climático
6 Junio 2022
Discurso de ONU Cambio Climático
Patricia Espinosa Bonn 2022
Credit: Kiara Worth / ENB

Muchas gracias, señor Presidente. Me gustaría empezar reconociendo que ha iniciado esta emocionante sesión de los Órganos Subsidiarios de la CMNUCC por primera vez en persona aquí, en Bonn, después de tres años.

Así que permítanme darles la bienvenida. Es realmente conmovedor ver cuántos de ustedes han venido hasta aquí. Muchos de ustedes han hecho un viaje increíble para estar hoy aquí y trabajar duro para sacar adelante la agenda sobre el cambio climático.

También me gustaría agradecer la compañía del Secretario Ejecutivo Adjunto aquí en el podio, de mis colegas de la secretaría que apoyan al OSACT y, por supuesto, su presencia, la presencia de todos ustedes.

Esta es mi última oportunidad para dirigirme a ustedes en este escenario y quiero empezar diciendo que ha sido un gran honor para mí servir a este proceso y trabajar para y con todos ustedes.

Con su permiso, querría hacer unas breves reflexiones antes de hablar de nuestro próximo orden del día, ya que creo que pueden aportar alguna perspectiva sobre su trabajo en el futuro.

 

Colegas,

Cuando acepté el cargo de Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC hace seis años, recuerdo muy bien que entré en esta misma sala con Christiana Figueres, mi predecesora y amiga, y me ofreció la oportunidad de dirigirles unas palabras. Recuerdo exactamente cómo ocurrió. Estaba sentada junto a Daniele Violetti como hoy, que está sentado aquí en primera línea. Lo recuerdo muy bien. Así que cuando acepté ese papel, sabía que sería la culminación de mi carrera como diplomática, embajadora y ministra.

Fue un honor increíble dirigir la organización que coordina los esfuerzos internacionales para hacer frente al mayor desafío de la humanidad y trabajar con todos ustedes para ayudar a fortalecer el multilateralismo, un tema que me apasiona desde hace mucho tiempo.

A pesar de ser nueva en el cargo, el proceso no me resultaba extraño. Ya había sido presidenta de la COP, comprendía la urgencia de este reto y había apoyado una acción más fuerte en mis responsabilidades diplomáticas.

Sabía que, a medida que el entusiasmo de la adopción del Acuerdo de París se desvanecía y la necesidad de aplicarlo se hacía sentir, habría que responder a preguntas difíciles, y rápidamente.

La incertidumbre en torno a la labor de la Secretaría fue fundamental. ¿Cuál iba a ser su papel en un entorno posterior a París? ¿Un órgano del tratado? ¿O uno de coordinación de los esfuerzos de las Partes para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París?

Para mí estaba claro: teníamos un papel de apoyo, un papel de coordinación, pero también un papel de liderazgo en la consecución de una acción colectiva decisiva y equitativa.

Sabía que ONU Cambio Climático era la organización mejor situada para facilitar este trabajo, la única con el mandato para hacerlo, y comencé a centrar nuestros esfuerzos en esta dirección.

El trabajo acababa de empezar cuando la primera de una ola de lo que serían varios retos sin precedentes empezó a golpear nuestro proceso, retos que amenazarían la propia existencia de esta organización.

En junio de 2017, un actor fundamental en nuestro proceso, Estados Unidos, anunció que se retiraría del Acuerdo de París. Todos recordamos lo profundamente decepcionante que supuso eso, y la especulación que siguió. ¿Le seguirían otras Partes? ¿Se desmoronaría el proceso?

El proceso se mantuvo firme. Inmediatamente iniciamos conversaciones con otras Partes que rápida y públicamente reafirmaron su compromiso con el Acuerdo de París y, con el tiempo, ese actor crítico regresó. Pero fueron aguas muy difíciles de navegar al principio.

Ese año también hubo buenas noticias. El proceso abrió un nuevo camino cuando Fiyi -un pequeño Estado insular- presidió la COP23, a través de un acuerdo innovador con nuestro país anfitrión, Alemania.

En Katowice también se produjeron avances significativos para hacer el Acuerdo de París totalmente operativo.

Pero poco después me enteré de una noticia personal muy angustiosa: me habían diagnosticado cáncer.

Casi todos los que estamos en esta sala conocemos a alguien que tiene cáncer o que ha pasado por ello. Tal vez estén lidiando con ello ahora mismo. Si es así, saben lo impactante que es recibir la noticia por primera vez.

Cada uno lo afronta a su manera. Mi elección fue seguir trabajando, en la medida de mis posibilidades, durante este tiempo y quiero agradecerles mucho su apoyo durante este período extremadamente difícil.

Afortunadamente, ahora estoy en remisión.

La siguiente gran oleada llegó cuando nos enteramos de que la COP25 ya no podía celebrarse en Chile. Sabía que teníamos que mantener las fechas originales de la COP o perderíamos un impulso y un tiempo que simplemente no podíamos permitirnos.

Siempre estaré agradecida a España por haber aceptado inmediatamente acoger la COP.

Sólo teníamos unas pocas semanas para afrontar este increíble reto logístico y, sin embargo, había que hacerlo. Con su ayuda y, sobre todo, con la dedicación y el ingenio del increíble personal de ONU Cambio Climático, lo conseguimos.

Todos conocemos el siguiente gran reto. Justo después de la COP25, la pandemia se desató y afectó nuestro proceso al igual que al mundo entero.

Los primeros días fueron de incertidumbre, de no saber qué esperar y cómo reaccionar.

Lo que sí sabía era que el cambio climático, ya de por sí urgente, no se iba a detener por una pandemia. Sabía que teníamos que adaptarnos, innovar, tomar decisiones difíciles, encontrar soluciones, hacer frente a las nuevas tecnologías y, sencillamente, mantener el proceso en marcha.

Sé que he pedido mucho a esta organización, a todo el personal de esta organización, y también a  ustedes, pero estoy orgullosa de lo que hemos conseguido. Porque, de nuevo, el proceso se mantuvo.

Trabajando juntos, y con su liderazgo y participación, continuamos nuestros debates sobre el clima, celebramos actos en línea, diálogos, cumbres y mantuvimos el proceso en marcha.

Creo que este compromiso y esta colaboración han contribuido en gran medida a lograr el éxito en la COP26 y el consiguiente Pacto de Glasgow sobre el clima, un logro muy importante si pensamos en todo lo que se interpuso en nuestro camino hasta llegar a él.

Colegas, amigos, amigas,

Siempre nos enfrentaremos a retos, en nuestra vida personal y laboral. Pero también en los de nuestros países y la comunidad internacional. Siempre parecerán casi imposibles de superar. Y no los superaremos todos.

Pero si miramos hacia atrás en el proceso que he dirigido durante los últimos seis años, hay una lección muy clara: que si todos hacemos lo que podemos y trabajamos juntos, podemos superar cualquier reto. La clave es apoyarse mutuamente.

La prueba está en los resultados.

El régimen internacional del cambio climático goza de una adhesión casi universal.

Completamos el Programa de Trabajo del Acuerdo de París, que proporcionó un conjunto de tareas claras y consensuadas para convertir las promesas en acciones.

Nos unimos y organizamos la COP25 en Madrid a pesar de que un plazo importante nos apremiaba.

Impulsamos nuestro papel con las partes interesadas y el espacio de acción climática mundial. Me complace decir que ha crecido significativamente, un gran logro porque sabemos que los gobiernos por sí solos no pueden resolver la crisis climática.

Después de Glasgow, ya se han establecido las directrices para la plena aplicación y los países tienen todo lo que necesitan para aplicar e impulsar la acción climática. En breve hablaré más de ello.

Se trata de un trabajo importante que hemos logrado en unión... mediante la colaboración.

De cara al futuro, los animo a que sigan centrándose en los beneficios del trabajo conjunto, no sólo en los retos. Y les agradezco lo que hemos conseguido juntos.

También me gustaría dar las gracias a todos los observadores no gubernamentales, así como a los interesados que no son Partes. Como dije en mi discurso de clausura de la COP26, cada uno de ustedes tiene una voz. Ustedes son más que una fuente de inspiración, son una fuente de soluciones. E insto a todas las Partes a que hagan todo lo posible para garantizar que todos ustedes sean verdaderos participantes de pleno derecho en nuestro proceso de cara al futuro.

Y gracias a todo el personal de la Secretaría que ha dedicado su carrera a abordar el cambio climático. Quiero que sepan cuánto aprecio sus esfuerzos, su dedicación y su apoyo a este proceso.

Permítanme también hacer un comentario personal y dar las gracias a mi familia que está aquí conmigo, a algunos de ellos, no a todos porque tengo una familia muy grande. Pero quiero dar las gracias a mi familia. Gracias, todos los días.

El cambio climático seguirá estando cerca de mi corazón. Y seguiré prestando mi experiencia y mi pasión a las cuestiones relacionadas con el cambio climático. Gracias de nuevo.

Permítanme referirme brevemente a estas reuniones de los Órganos Subsidiarios para empezar a sentar las bases del éxito en la COP27.

Estamos familiarizados con las principales cuestiones que deben abordarse aquí para ayudar a lograr ese éxito: mitigación, adaptación y pérdidas y daños, financiación y medios de implementación.

Necesitamos algo más que la familiaridad: necesitamos urgentemente intervenciones y decisiones a nivel político en cada una de estas áreas para lograr un paquete equilibrado.

Si lo hacemos, enviaremos un claro mensaje al mundo de que vamos en la dirección correcta.

Porque el mundo tendrá una pregunta en Sharm El-Sheikh: ¿qué progresos han hecho desde Glasgow?

Saben que, aunque los países se comprometieron a cumplir el objetivo de 1,5 ºC, ese compromiso implicaba una acción acelerada y una mayor ambición climática. 

No es aceptable decir que estamos en tiempos difíciles, que lo estamos. Pero saben que el cambio climático no es una agenda que podamos permitirnos retrasar en nuestro calendario global.

Necesitamos decisiones y acciones ahora y corresponde a todas las naciones avanzar aquí en Bonn en las próximas dos semanas.

Y debemos comprender que el cambio climático avanza de forma exponencial: ya no podemos permitirnos avanzar de forma gradual. Ya no podemos permitirnos el lujo de hacer sólo progresos graduales. Debemos acelerar estas negociaciones. El mundo lo espera.

Algunos comentarios sobre los temas principales. En primer lugar, la mitigación. Todos sabemos que estamos lejos de donde la ciencia nos dice que tenemos que estar para alcanzar el objetivo de 1,5 °C.  Hay que tomar decisiones difíciles. Y deben reflejarse en contribuciones determinadas a nivel nacional y planes a largo plazo cada vez más ambiciosos. En Glasgow, las Partes reconocieron que el actual ciclo quinquenal no es suficiente para situarnos en la trayectoria que debemos seguir.

En segundo lugar, la adaptación. Las voces de los países más vulnerables muestran por qué es imperativo que se identifiquen y apoyen debidamente las acciones acordes con la magnitud del problema. Esto es lo que realmente significa definir el objetivo global de adaptación. Y la controvertida cuestión de las pérdidas y los daños debe abordarse de forma constructiva y con visión de futuro.

En tercer lugar, la cuestión crucial de la financiación y los medios de implementación en general. Todavía hay esperanzas de que se cumpla la promesa de 100 000 millones de dólares. Y, más allá de los llamamientos a un aumento sustancial de la financiación del clima y, en particular, de la financiación de la adaptación, una y otra vez, la falta de financiación aparece como el principal obstáculo para una acción climática eficaz, también en la creación de capacidades, la transferencia de tecnología o la consolidación del marco de transparencia reforzada.

Colegas, amigos, amigas,

Necesitamos sus planes, decisiones y acciones políticas ahora. Y necesitamos ver progresos aquí en Bonn si queremos tener éxito en noviembre.

Reconozco plenamente que ninguna de estas cuestiones es fácil, especialmente ahora y sobre todo en el contexto de nuestra actual situación geopolítica. Todos sabemos que el mundo de la COP27 no se parecerá en nada al de la COP26.

Es un mundo acosado por conflictos, crisis energéticas, alimentarias y económicas... y la pandemia mundial sigue entre nosotros.

Y, sin embargo, les pido a todos ustedes -especialmente en estos tiempos difíciles y desafiantes- que no pierdan la esperanza, que no pierdan el enfoque, sino que utilicen nuestros esfuerzos unidos contra el cambio climático como el acto definitivo de unidad entre los países.

Nunca debemos ceder a la desesperación. Debemos seguir avanzando.

Miren lo que hemos logrado en los últimos seis años. Miren lo que hemos logrado en los últimos 30. Aunque todavía estamos muy por detrás de la curva climática...

...no hay duda de que el mundo está en mejor posición gracias a la CMNUCC, a Kioto y a París. Por la colaboración. Por el multilateralismo. Gracias a todo el mundo.

Pero podemos hacerlo mejor. Debemos hacerlo. 

Sigamos apoyando el multilateralismo, sigamos apoyando a ONU Cambio Climático, sigamos colaborando para abordar el cambio climático, y sigamos creyendo en este proceso.

Mi tiempo al servicio del proceso desde la Secretaría ha llegado a su fin. Pero este proceso continuará. Y haré todo lo que pueda para contribuir, como ciudadana particular, a mejorar nuestra comprensión, impulsar la acción y, en última instancia, mejorar nuestras posibilidades de éxito sobre el cambio climático.

Los animo a aprovechar al máximo estos debates para lograr el éxito aquí en Bonn, en Egipto y más allá.

Una vez más, les agradezco su colaboración, su apoyo y, sobre todo, su dedicación a esta gran empresa humana que lo es todo.

Gracias.